CONTRATAPA
› Por Sonia Catela
Aunque lo único, lo único que reclama Aníbal es que se ore para acortarle su permanencia en ese sitio tan incierto, el Purgatorio, porque no demanda cosa material alguna, dadas las circunstancias. Y el hecho de que haya finado hace más que verosímil cualquier signo que él exteriorice, más allá de cómo lo catalogaras en vida y la mayor o menor credibilidad que merecieran sus asertos de entonces. No es tan difícil dilucidar lo que sucedió anoche, cuando me hallaba dormitando sobre el libro de aforismos y de improviso se estampó sobre una página la huella de su mano, quemando el papel y horadándolo hasta la tapa, mirá, ¿necesita interpretación este rastro chamuscado? cómo se te ocurre que deba intentar una prueba de huellas digitales o ADN, ves muchas series de televisión, Mirna, éste es mi pobre hermano que anda en un sitio nada aliviado, y hasta escuché su voz que agonizaba: "no vengo para reprocharte, sólo rezá unas misas por mi alma para acortar los veinte años de Purgatorio que me han correspondido", ya ves, hasta Aníbal tenía un alma, no, no dijo que le hubieran dictado una "sentencia" de veinte años, no tergiversés las palabras del muerto y aunque te burles, ordenaré esa misa y pagaré lo que me pidan porque "te creés que es agradable que se aparezca un ánima llorosa en tu sala a carbonizarte el libro que leés mientras te tomás una cerveza" ya sé que Aníbal incurrió en actos reprochables cuando se hallaba en este mundo, pero por eso anda donde anda, dice que allá los ponen sobre brasas dos horas al día, que es igual que el infierno en su versión clásica, sólo que con vencimiento de plazo indeterminado, "duele, hermanito", ya sé que actuaba como un mentiroso patológico, por eso lo castigan, pero no va a volver con propósitos jocosos... Quizá esto de ofrecer oraciones equivalga a pagar una fianza, y mejor no me demoro más, porque por postergar la entrevista con el padre Pío, fijate, anoche viene de nuevo Aníbal y se manifiesta tocando con su dedo de fuego la funda de mi almohada, justo al lado de mi oreja; lo que excede el marco de una chacota por más bromista que haya sido en vida, diciendo que similar situación vivió la hermana Margarita del Sagrado Corazón la noche del 5 de junio de 1864 con la aparición de otra monja suplicante, como atestigua la historia, según cita de Aníbal y que yo corroboro en Internet, será que entre sufrimientos, las ánimas del Purgatorio intercambian datos y se aconsejan mutuamente, ¿ves que Aníbal no miente? De acuerdo, le grito a mi hermano, paciencia, la misa es el próximo domingo, aguantá y me sale con que las coronas de espinas ya me van a perforar las sienes y ahí me va a querer ver y marca con estas cruces quemadas la mesa de luz tal como se reseña hizo el abate Panzini en 1731, cuando rogaba por la intercesión de los vivos; qué territorio extraño ese Purgatorio ¿verdad? Claro que no creés, pero podrías dispensarme el beneficio de la duda. Por otra parte ¿cómo explicás este desparramo de marcas? Explicame, dale. No consigo que me adelanten la misa. Sé que mi hermano volverá esta noche, y la siguiente, y la sucesiva. Le grito a Aníbal mientras su dedo traza cruces locas sobre los muebles "cuidado, en mi cara no, no en el rostro" (yo tapándome por las dudas); "mejor seguí quemando libros, Aníbal" y le señalaba, al espacio, el despliegue de chatarra impresa de la que me he agenciado para que no me destruya alguna pieza de valor, "las sábanas tampoco, hermano, que ya son puro hilachas", falta que me pidas que peregrine a Luján, Aníbal, pero iré de rodillas, rezaré, me raparé, ayunaré, lo que ayude para que tu dolor cese, ahora retirate, hermano, que son las cinco y tengo que ir a trabajar y no puedo escucharte otra historia de Purgatorio, ese territorio extraño, en el que ¿decís que una suegra, la señora Demmerlé se le apareció a la nuera en Metz, Francia, 1814? entretanto dejá de jugar con fuego, hermano, pero mirá cómo arde ese calzón de Mirna ¿a vos te parece? ayudame a apagarlo, pero cómo vas a ayudarme si sos hálito y punto, salí, correte, si estás ahí; voy a tirar un balde de agua. ¿No habrá otro método para que las almas en pena se comuniquen con nosotros? Cómo quedó mi dormitorio. Destruido. Este Aníbal va a terminar incendiándome el departamento y entonces ¿los de la aseguradora aceptarán como prueba la historia de mis vicisitudes? No lo creo, pero voy a averiguar. Entretanto, aflojá, aflojá hermano.
*El Museo del Purgatorio, de la parroquia del Sagrado Corazón del Sufragio, en Roma exhibe 19 objetos de distintos siglos y sitios, presuntos rastros dejados por difuntos en sus visitas familiares y amigos. Los casos citados en "Purgatorio" corresponden a las ?pruebas? expuestas en el Museo. En una recorrida por manos quemadas sobre tablas y prendas recogí la impresión de una fabricación primaria y proveniente de manos vivientes y humanas, más allá de su acreditada antigüedad y de la fe que puedan dispensarles los creyentes.
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