Martes, 5 de enero de 2010 | Hoy
Por Graciela Aletta de Sylvas *
En un reciente viaje a lo largo de la ruta maya que abarcó parte de México, Guatemala y Honduras, además del deslumbramiento por los paisajes de tan hermosos países y la simpatía de su gente, quedé impactada y gratamente sorprendida, quizás a causa de mi ignorancia, al enterarme de que existieron reinas mayas que dirigieron Estados, ceremonias, rituales y guerras. Usaron el término "Ix" que hace referencia a la condición femenina y algunas también utilizaron el título de "Ajau" (portavoz) que ostentaban los hombres gobernantes.
Los guías de los distintos sitios arqueológicos que visité tuvieron que soportar con paciencia mis preguntas, aunque creí advertir una íntima satisfacción ante mi interés. Mi inquietud me condujo a encontrar en una librería de Panajachel, sobre el lago Atlitan (Guatemala), un libro o él me encontró a mí , titulado: Chronicle of the Maya Kings and Queens, de dos arqueólogos e investigadores, Simón Martin y Nikolai Grube, quienes exploran las dinastías de diferentes sitios aunque sin detenerse demasiado en los datos que trato de investigar. Fue en realidad una obra de teatro maravillosa, hablada totalmente en maya: Palenque Rojo, dirigida por Hernán Galindo en un teatro de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México) el disparador de estas reflexiones. La pieza, una joya de producción y de trabajo actoral, recrea la historia maya del gobernante Kan Joy Chitam II quien en el esplendor de Palenque, situado en corazón de la selva, disputa el poder y la ruta comercial a Toniná. Esta otra ciudad-estado de la región es gobernada por una mujer: Kawil o Espejo Humeante, cuyo marido ha muerto. Vestida como su esposo decide invadir Palenque en 711dc, fecha en la que derrota y captura al gobernante enemigo, quien humillado por haber sido sometido por una mujer se mutila los genitales. Esta historia está plasmada en un monolito que se encuentra en el Museo Regional de Chiapas.
Dos siglos antes Palenque había tenido como gobernantes a dos reinas: la primera Ix Johl Ik'nal (Señora Corazón del Lugar del Viento), quien en el 583, ya que su padre no había dejado descendiente varón, ocupa el trono y gobierna durante veinte años, a pesar de los continuos asedios de la ciudad de Calakmul. La otra fue Ik Zak K'uk (Quetzal Resplandeciente) quien gobernó hasta que su hijo, el célebre Pakal, contó con la mayoría de edad. Se cree que la máscara que se encontró en la tumba real de Palenque, denominada la máscara de la Reina Roja porque estaba cubierta de cinabrio, pertenece a esta reina.
Hubo otras, muchas, y aunque se afirme que las reinas tomaban el poder sólo cuando no había varones para prolongar la dinastía, que era predominamente patrilineal, efectivamente ejercieron el poder de gobernantes, estadistas, y hasta oficio de guerreras.
A lo largo del río Usumacinta, límite entre México y Guatemala, existían dos reinos mayas: Piedras Negras y Xachtitlan, enclavadas en plena selva de Petén donde los monos araña se agitan hoy aullando cuando la gente invade sus dominios y logran crear una sensación de desasosiego. En Piedras Negras aparece una reina hacia fines del 600, K'tun Ajaw, quien comparte tres monumentos con su marido y su imagen adorna las estelas 1 y 2, situación que indica todo un privilegio, ya que las estelas eran auténticos documentos que se elaboraban para conmemorar una fecha o sucesos importantes o narraban la historia de los personajes que representaban. Se conjetura que esta mujer tuvo una fuerte personalidad y mucho poder político, como su contemporánea Ix Wachan (Sexto Cielo), hija del rey de Dos Pilas, la que en el 682 llevó a cabo una guerra y conquistó Naranjo. Si bien la reina anterior parece gozar de un poder inusual, llama la atención la imagen en una estela de su hija Hunthan Ahk, de tres años, apoyada sobre la rodilla de su madre. ¿Significaba una sucesión matrilineal o que la reina de cuarenta y siete años ya no esperaba un heredero varón? Tantas preguntas sin respuestas por ahora y que solo pueden contestar los que leen las estelas, verdadera práctica de la escritura de los mayas.
En Tikal (Guatemala) la estela 23 registra la existencia de una reina en el 511, pero se cree que se trataba de un poder estratégico, ya que la reina contaba sólo seis años. Reinó hasta el 527. En Copán (Honduras) donde hubo una dinastía de dieciséis gobernantes atestiguada por la escalinata de los jeroglíficos, hay una tumba en una plataforma denominada Margarita, quizás la de mayor riqueza del mundo maya. Se cree que la desconocida Mujer de Rojo, llamada así por la cantidad de cinabrio y hematite que la rodeaba, fue una reina de gran poderío.
La misteriosa desaparición de todas estas ciudades-estados entre el 800 y el 900 más o menos, continúa siendo un enigma. Las causas que provocaron este colapso se desconocen, pero no se descarta, entre otras, la posibilidad de una crisis ecológica originada por la abusiva tala de árboles para fabricar estuco (material con el que revestían las pirámides y templos), lo que dio produjo años de sequía y hambruna. A la luz de nuestra contemporaneidad y de las inquietantes hipótesis sobre el medio ambiente, esta posibilidad es un fuerte disparador para una toma de conciencia hacia el futuro.
Volviendo al tema de la mujer, Calixta Gabriel Xiquín, escritora guatemalteca perteneciente a la comunidad maya caqchikel, en su libro La cosmovisión maya y las mujeres, editado por el Ministerio de Cultura de Guatemala, aborda el tema desde una perspectiva de género y se remite al concepto de dualidad y complementariedad concebido desde la cosmovisión indígena. El Creador es dual: en su ser posee energía femenina y masculina. La autora atribuye a la invasión española el proceso de despojamiento de poder de las mujeres indígenas en la sociedad actual. La influencia del sistema occidental basado en el machismo privó a las mujeres del papel protagónico que históricamente habían desempeñado. Sin embargo, una reconocida periodista y feminista guatemalteca opina que la sociedad indígena guatemalteca de origen maya es hoy muy machista. Distintas versiones del lugar que la mujer maya ocupa en la sociedad, las que no invalidan los testimonios acerca de las reinas mayas que ejercieron el poder y tuvieron su lugar en la historia. Lejanas antecesoras de múltiples mujeres que en la actualidad, desde distintos lugares y con diferentes ideologías, acceden al poder para cambiar una larga historia de postergaciones.
*Profesora en Letras de la Facultad de Humanidades y Artes, U.N.R. Doctora en Filología Hispanoamericana.
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