Sábado, 5 de febrero de 2011 | Hoy
Por Miriam Cairo
1. Separó Lacan la luz de la sombra y pobló de fantasmas el mundo, porque el mundo estaba vaciado de sentidos.
2. El espíritu de Lacan se movía sobre el haz del mundo. Dijo: sea lo real, y fue lo real. Y dijo Lacan que lo real era aquello que no podía representarse como lenguaje. Y vio que eso era bueno.
3. Apartó Lacan lo real de lo imaginario, y dijo: lo que se designe como "yo" estará formado a través de lo que es el otro. Y vio Lacan que eso era bueno.
4. E hizo Lacan la expansión del lenguaje, el territorio simbólico. Y dijo Lacan: que estas tres dimensiones se hallen imbricadas. Entonces creó el nudo Borromeo. Y agregó Lacan: el desanudamiento de cualquiera de las tres provocará el desanudamiento de las otras dos, se tratará de una torcedura, como la Banda de Moebius. Tomó Lacan una cinta de papel, pegó los extremos, tomó el lápiz y la tijera y vio que eso era bueno.
5. Tan ocupado estaba Lacan que perdió la noción del tiempo. Varios días habían pasado, y Lacan creó el habano para solazarse de sus logros y vio que eso era bueno. Mientras fumaba distraído, las horas pasaban como bala y a Lacan se le llenó el mundo de chucherías.
6. Y fue la tarde de un día cualquiera, cuando Lacan dijo: hagamos un fantasma a nuestra imagen y semejanza, para que nos lea. (Sin dudas, para que Lacan existiera, ya había otro que justificara su existencia).
7. El primer fantasma hombre fue hecho a imagen y semejanza de su creador. Como primer fantasma del mundo, recién hecho, dormía plácidamente una siesta bajo la sombra de un árbol. Entonces Lacan pensó que sería estúpido tener un mundo con único fantasma, tan estúpido como pensar en una Antropología Psicoanalítica.
8. Entonces, Lacan pensó, pensó, pensó, yendo y viniendo una y otra vez desde el sol a la luna, desde la cama al living. Meditabundo daba pasos largos, cabizbajo, Lacan, con las manos tomadas en la espalda.
9. Lacan observaba a su primer fantasma recién creado. Sentado en el suelo, el fantasma hombre recién creado intentaba calzarse, incluso cuando Lacan todavía no había inventado los zapatos. Al fantasma hombre le colgaba la simiente entre las piernas y le dio por nombre Estragón, aun antes de que Beckett creara un mundo para esperar a Godot.
10. El primer fantasma se esforzaba tratando de calzarse con las dos manos, fatigosamente. Se detenía, agotado, descansaba, jadeaba, volvía a empezar. Lacan le llenó la cabeza con sus teorías y vio que eso era bueno. Entonces Lacan, dijo: no es bueno que el fantasma esté solo: voy a obsequiarle otro fantasma con su mismo surco para su entretenimiento.
11. Y Lacan tomó una costilla del primer fantasma, amasó la porcelana fría, lo llenó de las mismas teorías psicoanalíticas que al primero y le hizo un surco en la parte final de la espalda, igual al surco del primer hombre fantasma.
12. Lindos jueguitos hacían el primer fantasma y su partenaire, a cualquier hora de la noche o el día. Entonces Lacan pensó en crear la galería de porno gay, para los futuros usuarios fantasmas. La equidad era perfecta: ambos tenían sembrador, ambos tenían surco. No se adivinaba ni por asomo el complejo de la castración.
13. Tan felices estaban en el paraíso los primeros fantasmas, que ninguno pensaba en Lacan, ni en sus seminarios. Uno más uno era dos en un mundo lleno de chucherías. Nada podía ser menos confuso.
14. Entonces Lacan consideró apropiado hacer algunas modificaciones. Tanta felicidad iba en contra de sus propósitos. Era necesario introducir la fisura, el misterio, lo negro del mundo. Rebanó Lacan la simiente que pendía de las piernas del segundo hombre fantasma, y le alargó la raya del horizonte. Extendió el surco, lo ahuecó de nuevo y creó el fantasma mujer, para extrañamiento y exploración del primer fantasma hombre.
15. Con el sobrante, Lacan hizo dos agarraderas y las abultó en el frente superior del segundo fantasma para que el primer hombre fantasma se agarrara de ellas en los momentos de siembra desenfrenada.
16. La agricultura fue la floreciente actividad del mundo y se cosecharon pequeños fantasmas prometedores, capaces de hacer el mundo cada vez más agrícola y más fantasmagórico.
17. Luego, Lacan puso a prueba a sus creados, y redefinió algunas chucherías del mundo. Dijo, el inconsciente no es más que la medida del afuera del sentido de los propósitos, y los fantasmas creyeron que eso era bueno.
18. Luego dijo a sus fantasmas que al decir "llueve" la lluvia sería un acto del pensamiento. Por ello, cada uno de sus fantasmas podría darle a la lluvia su sentido. Incluso confundir la lluvia con el meteoro, con el agua pluvial, con el agua que de ella se recogiera. Y los fantasmas creyeron que eso también era bueno.
19. Y Lacan, con un pie en la luz y otro pie en la sombra dijo que el meteoro era propicio a la metáfora. Así, Lacan dio vía libre al fantasma mujer, al fantasma hombre y a la metáfora. Y fue así que muchas chucherías del mundo cobraron sentido.
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