Martes, 4 de junio de 2013 | Hoy
Por Eugenio Previgliano
"Guillotina en Mercado Libre", dice el aviso: aunque la asociación no sea novedosa, me suena algo oscuro. Falsamente es que se le atribuye la invención de este dispositivo de ejecución al Dr. Joseph Ignace Guillotin: el buen doctor sólo propuso durante su gestión en la Asamblea de 1789 la adopción de este método en atención a aliviar el sufrimiento de los condenados y apuntando a la eliminación en un futuro aún pendiente de la pena de muerte. La controversia sobre el destino final de Joseph Guillotin parece fruto de un equívoco: aquél que fue ejecutado en la guillotina habría sido un homónimo.
Vanos fueron los esfuerzos, sin embargo, tanto de Guillotin como de sus parientes para que al instrumento se le cambiara el nombre: finalmente fueron los Guillotin los que cambiaron su apellido. ¿Era en El Siglo de las Luces que Alejo Carpentier describía los vaivenes de la guillotina en las procelosas aguas del mar caribe en su llegada a América sólidamente entalingada en la proa del barco del capitán Hugues?
Hasta 1981 recuerdo estuvo vigente la pena de muerte en Francia; pero Joseph Guillotin era un hombre notorio desde mucho antes de la revolución; todavía se recuerda su participación junto a Antoine Laurent de Lavoissier, Jean Sylvain Bailly y Benjamin Franklin en una comisión que examinó en 1788 a pedido del rey las prácticas del médico austriaco Franz Anton Mesmer, fundadas en su novedosa teoría del Magnetismo Animal.
Mesmer trataba con sus novedades a Maria Antonieta, la mujer de Luis XVI, y ella, en signo de agradecimiento, le otorgó un título nobiliario: en esos días cayó en desgracia.
La comisión falló con justicia diciendo que las prácticas de Mesmer producían mejorías y curaciones, pero que éstas se debían a la sugestión y no al magnetismo. La ciencia en Francia siguió investigando sobre hipnotismo, sugestión y curas, y hay quien dice que Sigmund Freud abandonó sus prácticas de neurólogo mesmerizado por los tratamientos que Charcot realizaba. ¿Herencia de Mesmer?
De Bailly se sabe que era astrónomo y matemático, que estudió las lunas de Júpiter, hizo aportes sobre mecánica celeste, escribió un tratado sobre Astronomía Oriental y otro sobre Astronomía Moderna, pero también publicó elogios de Moliére, Corneille y otros, que fue miembro de varias academias y también se dice que decretó la ciudadanía plena de los judíos, que fue alcalde de Paris durante la Comuna pero está bien documentado que murió en la guillotina el 12 de noviembre de 1793.
Antoine de Lavoissier fue un científico notable que puso de manifiesto las inconsistencias de la teoría del flogisto abriendo un horizonte para mejores explicaciones sobre el calor y realizó valiosos aportes a la química y a la biofísica; más allá de su dedicación a la ciencia, formaba parte de algunos círculos aristocráticos, especialmente de la Ferme Génerale, una especie de AFIP privada que en el antiguo régimen daba muchísimos, descomunales e inexplicables beneficios a sus agentes en detrimento de campesinos, burgueses y pueblo. Fue juzgado, condenado y guillotinado el 8 de mayo de 1794: la república no tiene necesidad de sabios ni de químicos, el curso de la justicia no puede demorarse, decía su sentencia, la que fue revisada y exonerada un año y medio después, seguida de disculpas para su viuda.
De este modo, si fuera cierto que no fue Joseph Guillotin el guillotinado, sólo éste y Benajamin Franklin habrían sobrevivido de los miembros del comité que estudió el mesmerismo.
Franklin regresó a Filadelfia y escribió sus memorias que se publicaron en Paris en 1791 como Memoires de la vie priveé, traducidas al inglés un año después de su muerte. Antes de la revolución de 1789 la guillotina había sido utilizada en muchos países, pero no fue sino hasta 1995 que demoró en llegar un proyecto para implementar la guillotina en Estados Unidos. Un proyecto conocido como HB 1274 de la Cámara de Representantes de Georgia, propone reformar el artículo 2 del Capítulo 10 del Título 17 del Código Oficial anotado de Georgia para proveer la muerte por la guillotina. Los fundamentos, tal como en 1789, son de corte humanitario y absolutamente consistentes con las políticas de salud norteamericanas: muchos condenados a muerte dice la Asamblea General desean donar sus órganos para transplante pero cualquier tal deseo se ve frustrado por el hecho de que la electrocución hace a todos esos órganos no aptos para transplante. La intención de la Asamblea General aclara es proporcionar un método de ejecución que es compatible con la donación de órganos por un prisionero condenado.
La guillotina utilizada en Francia adoptó, a diferencia de las que se venían utilizando en Alemania, una hoja de filo oblicuo que disminuía la reacción al peso de la hoja en razón del ángulo de ésta respecto de la trayectoria de caída y facilitaba el esfuerzo de cizallamiento. El proyecto norteamericano nada aclara sobre este punto. ¿Habrá más progresos?
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