Mireya Baglietto es ceramista, pintora, dibujante y escultora. Basta hacer un paneo por las numerosas notas que circulan en internet, acerca de su trayectoria, para tener noción de la productividad y la evolución de su obra.

A lo largo de su carrera obtuvo numerosos premios, entre ellos, Medalla de Oro en la Exposición Internacional de la Cerámica Contemporánea en Praga (1962) y el Gran Premio Nacional de Artes Visuales 2005, entre tantos otros. En noviembre de 1983, presentó en la Bienal Internacional de Sao Paulo, "Nube III". Doscientas mil personas pasaron por el evento en el que el gran suceso fue la obra de Mireya. El propio Pierre Restany, luego de ser parte de la experiencia perceptiva (en la que el espejo, como dispositivo de uso personal invita al espectador a hacer una creadora experiencia perceptiva) expresó: "Tu Nube es una ilustración directa de la situación existencial que se puede cambiar casi instantáneamente o con una gran velocidad en un sistema de lenguaje y de percepción, en un sistema psicosensorial. Y no es solamente una ilusión óptica: también es un vínculo sintético entre la sensibilidad y el mundo mental".

El próximo 24 de septiembre, a las 19 en la Sala Blitz Arte y Eventos, sito en Salta 3519, Mireya Baglietto inaugurará "Miradas Núbicas" y por tal motivo, ha tenido la gentileza de aceptar responder algunas preguntas que nos brindan la oportunidad de conocer algo más sobre su punto de vista respecto del rol del espectador, quien completa la obra al poner en juego su propia experiencia perceptiva:

-¿Cuándo presentaste por primera vez "La nube" y qué significó para vos el apoyo y la amorosa aprobación de Pierre Restany?

-Mi primera experiencia la llevé a cabo en 1981 en la Galería Jacques Martínez de Buenos Aires y fue el resultado de una profunda y muy seria investigación sobre el intento de quitar la gravedad. La intención giraba alrededor de un punto esencial: acercarme a lo que yo consideraba y sigo considerando la "matriz del conocimiento": las pautas tempo﷓espaciales que organizan nuestro modo de ver, sentir y pensar el mundo. Era y es muy claro para mí que pensamos como pensamos en virtud de un sistema que arma parámetros artificiales de tiempo y espacio. Tenía la certeza de que si lograba bajar esas vallas era posible derretir esos ejes culturales.

En cuanto a Pierre Restany, fue un mojón fundamental en mi vida creativa. Lo conocí en el 83 cuando llevé La Nube III a la Bienal internacional de Arte de Sao Paulo. Restany tuvo un reconocimiento inmediato del suceso núbico y lo pudo traducir en palabras articuladas desde su lenguaje poético﷓conceptual. Luego lo seguí viendo en sus visitas a Buenos Aires y en cada una de ellas yo sentía que su opinión fortalecía mi propuesta. Tenía toda la intención de hacer un libro sobre mi obra, pero no llegó: antes se fue de gira.

-¿En qué se diferencia el espectador de La Nube, de otro espectador?

-En la nube no existen espectadores, sólo hay co﷓creadores. Estoy convencida de que cada ser humano es un ejemplar único e irrepetible, tanto en cuerpo como en espíritu y esos aspectos únicos son los que "hace materia" con el espacio libre de La Nube. Creo y siento la contemplación como un acto interno que se mueve en los espacios de comunicación con el Todo. Puede que nazca de la visión, pero siempre va a ser de una visión poética, sublime, libre, libre como el viento, diría León Gieco.

-¿Cuánto tiempo te lleva el montaje de La Nube y cómo es el proceso creativo?

-Son dos proceso bastantes diferentes. La creación es muy hermosa. Trabajo entre telas, espejos, cambiando las perspectivas, creado gamas de colores, tiñendo telas enormes para luego cortarlas y armar los velámenes que van cosidos a máquina. Los configuro no sólo como si fueran cuadros sino también con la paciencia y la dedicación de una costurera. En cuanto al montaje es muy interesante porque todo el material disponible se trabaja en el espacio, ya no en el plano sino en el espacio existente, rompiendo totalmente la ortogonalidad de ese espacio cartesiano. Las condiciones que propongo siempre son de interactividad con el participante, entonces cada acción creativa tiene que ser una llave de apertura hacia espacios internos del participante. ﷓¿Cuál te parece que es el aporte del arte en la vida de una sociedad? ﷓Una pregunta muy complicada. El arte, desde mi punto de vista es un intangible, que deambula entre la materia, el espacio, el espíritu humano, el amor, la libertad y un sinnúmero de otros ingredientes que la Creación nos brinda. También sucede que el arte, o quizá deba decir el objeto de arte, hoy es un producto de consumo, de decoración, de sana comercialización y de perverso manejo corporativo relacionado con el lavado de dinero. Pero, sobre todo, el arte es una de las grandes maravillas que están al servicio del ser humano, lo fue desde Altamira y Willendorf y lo seguirá siendo a medida que los cambios continúen en los tiempos.

-¿Por qué podemos decir que La Nube es un nuevo paradigma de arte?

-La Nube es la obra armada, la caverna de telas transitable. En cierto modo, La Nube es arquitectónica. Lo que pertenece a un nuevo paradigma es la experiencia núbica, eso que la gente se lleva puesto, ese intangible que abre ventanas hacia el interior de cada uno, la experiencia que desde algún punto de vista podemos llamarla oceánica.

-¿A qué lugares del mundo y de Argentina llegó La Nube?

-En Argentina transitó por muchísimas ciudades. Sólo en Buenos Aires hice más de diez, algunas enormes como las tres versiones realizadas en la sala Cronopios del C.C Recoleta, la que hice este año en el Palais de Glace y en varios lugares de menores dimensiones. En el interior de nuestro país anduvo por Ushuaia, San Juan, Tucumán, Tandil, Mar del Plata y varias ciudades más. Hace muchos años también monté una Nube en el Patio de la Madera acá en Rosario. En el exterior sólo hice espacios núbicos en San Pablo y en Valencia.

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