Lunes, 7 de octubre de 2013 | Hoy
Por Dahiana Belfiori
Un accidente, un olvido, una inconsciencia, una violación, un desconocimiento, una calentura. Una osadía. Una libertad. Una desobediencia. Un creer que justo hoy y a mí no. Un juego. "Soy un accidentito que le cagó... perdón, que le cambió la vida a mis papis, sobre todo a mami..." Sobre todo a mami. Porque mami no es una heroína ni una superhembra ni una dulce mujercita siempre dispuesta a dar amor y a sacrificarse por el bien de papi y de los hijitos y de las hijitas. Papi ni se pone a pensar en mami, en lo que le pasa, en lo que siente. Papi cree que mami está destinada a ser madre, mami, ma: mi mamá me mima, mamá amasa la masa, papá se hace el boludo mientras juega al fútbol o al golf o a las cartas con sus amigos papis que no tienen idea de que las mamis la pasan bomba con sus hermanas, ¡al fin y al cabo para algo sirven las cuñadas! Papi ni osa imaginar que puede haber algo más que mamis, sólo mamis en este "mundo de mierda". Porque es un mundo de mierda este. Mami es una chica que se calienta y también es una chica que sufre y que se caga de risa y ahora se le "llena el culo de preguntas" mientras aborta. La voz que habla y que da comienzo a la acción es la de una de las tantas bebotas que se reparten en la escena de una obra de teatro que no da lugar a concesiones, que no complace, que no pretende hacerlo y que fue comisionada por La Revuelta Colectiva Feminista de la ciudad de Neuquén. Sebastián Fanello, director de "Al pie de la teta" y artífice del elenco inestable Goodbye Stanislavsky, también de Neuquén, dice que el teatro que ensaya es el del disparate. Disparate que nos coloca ante el problema de la realidad, de lo que llamamos realidad: la realidad del aborto. Un accidentito parece ser esta realidad. Otro accidentito más en esta ficción disparatada por la que transitan muchas "mujeres reales".
¿Qué sucede cuando una mujer decide abortar en su casa? ¿Qué, cuando un grupo de socorristas decide acompañarla? ¿Hay algo más allá de un embarazo que no llega a término? ¿Hay algo que se quiebra, que se detiene? O por el contrario, ¿hay algo que comienza a gestarse, a parirse? Se detiene una posibilidad, pero se abre paso la vida plena de posibilidades. La vida de cada mujer que decide desobedecer al mandato de ser madre por obra y gracia de un régimen que la coloca como productora y reproductora de una especie que no piensa más que en consumir y consumirse. Abortar es elegir vivir. Y así lo manifiesta Rosa (Eva Fridman), uno de los dos personajes centrales que transitan la escena: "Que no se hable en todos lados, no significa que no nos hagamos abortos. Todas mis amigas abortaron." La obra insiste en la desmesura, en la exageración. Y lo hace sabiendo lo que provoca: "El respeto es otra mierda. Una mierda moral. Con esa excusa de que el respeto es de civilizados, nadie se mete en nada... ¡Me cago en el respeto!", dice una vieja abortera, otro de los personajes clave, encarnado por Santiago Gyné. ¿Qué sucede cuando un varón decide abortar? Ese es el nudo de la obra y el desafío que coloca a lxs espectadores en un lugar... ¿imposible?
"Al pie de la teta" se presentó en Rafaela el viernes 27 de septiembre en el marco del Día de Acción Global por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, a sala llena y con la complicidad, el esfuerzo y la convicción activistas por el derecho al aborto legal de dos colectivas feministas: "La Revuelta" y "Enredadera". Y también la alegría de todo el elenco inestable: Sebastián Fanello, Santiago Gyné, Eva Fridman y Jeremías Sartori. Así lo manifiesta Belén Grosso, una de las integrantes de La Revuelta que junto con Ruth Zurbriggen recorrieron bastante más de mil kilómetros para hacer posible los afectos y los encuentros: "Y sobre todo la risa. Sí, eso nos inundaba o nos llenaba o nos acompañaba, no sé. Pero era constante. Estábamos en Rafaela, generando incomodidades, despertando placeres siempre ahí, al pie de la teta. Rosa y Walter en amoroso cuidado, nos miraban y se miraban. Y en sus ojos los abrazos infinitos de una sala llena de relatos esperando ser espejos. Nuestros cuerpos desplegados en pasiones, aguijoneaban cada centímetro de la piel estremeciendo las miradas. Y al final, los aplausos prendidos fuego. Las manos hechas gritos y una satisfacción circular que nos rodeaba. Nosotras adentro, caminando el borde, sintiendo lo áspero. Felices."
Sacar el aborto del corsé de lo que es esperable decir y hacer, eso es "Al pie de la teta". Es animarse a estirar los límites de lo posible. Porque hay aborto en las plazas, en las calles, en las casas y en las camas. ¿Para cuándo en el Congreso de la Nación?
*Comentarios disparatados sobre "Al pie de la teta" de gira en Rafaela.
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