CONTRATAPA
› Por Miriam Cairo
Reina una gran tranquilidad en el bar. Los fantasmas esperan sobre la página asimilando frases o pensamientos enteros. Afuera, algunos cruzan la calle, otros permanecen invisibles a los bruscos saltos reales de los ojos, otros como ausentes en las mesas.
-Nunca he pensado en cadena
-Yo pienso en rizo, usted?
-En llovizna.
-Le entienden?
-Y a usted?
-Yo soy Dios, no necesito que me entiendan.
-Yo soy mujer, tampoco lo necesito.
-Después no se queje entonces de que los hombres esto, que los hombres lo otro.
-Se equivoca: jamás me he quejado de un hombre, ni de un pájaro, ni siquiera de un Dios.
-Qué toma?
-Lo de siempre.
-"La voluntad es la imaginación de las cosas".
-Para ser Dios usted conoce bien la poesía de los hombres.
-Si quiero ser hombre, tendré que aprender su idioma.
-Sigue con eso?
-Sí.
-Consiguió alguno que quiera cederle el cuerpo?
-Todavía no.
-Yo le puedo presentar un amigo.
-Sí?
-Sí. Un hombre que está un poco cansado de su cuerpo.
-Mire usted.
-El cuerpo se le fue de las manos y ahora quiere parar pero no puede, porque las mujeres reconocen su cuerpo y no lo dejan en paz.
-Suena interesante, le parece que estará dispuesto?
-Le pregunto.
-Un Dios que decide mantenerse casto es un Dios que se aleja de la humanidad.
-El cuerpo de mi amigo lo va a mantener cerquita.
-Y qué va a pasar con usted? Seguirá siendo amiga de su amigo?
-Por supuesto.
-Pero yo estaré en su cuerpo.
-Y mi amigo será Dios?
-No creo que le dé el cuero, pero con probar no se pierde nada.
-Mire si resultara mejor Dios que usted.
-Enhorabuena, me dedico a ser hombre.
-Escuche, mi amigo tiene una gran pena de amor, eso le joroba?
-No, en absoluto.
-Buenísimo.
-Algo más?
-Bebe.
-Ajá. Le parece que va a agarrar viaje?
-Y, me viene diciendo hace tiempo que necesita un cambio, que está cansado.
-Entonces, parece que tengo chance.
-Yo diría que sí.
-Cuénteme algo más.
-Puede que algunas noches le guste vestirse de mujer.
-Ah, eso es todo?
-No, claro que no. Es fotógrafo.
-Ni le pregunto de qué.
-Corresponsal de guerra.
-Le va bien?
-No, claro que no, está desocupado.
-Ajá. Cómo se gana la vida, entonces?
-Saca fotos en casamientos y cumpleaños de quince.
-No está mal.
-No.
-Piensa en cadena o en llovizna, como usted?
-No, él piensa en sexo.
-Sólo en sexo.
-Siempre en sexo mientras piensa en otras cosas, piensa en sexo.
-No es muy distinto de otros hombres.
-Ni de otras mujeres.
-De qué se queja?
-De la falta de imaginación sexual.
-Ah, sí es todo un tema.
-Sí.
-Pero habrá probado con el kamasutra.
-De pe a pa. No es eso. No se trata de acrobacias sino de imaginación.
-Entiendo.
-Detalles.
-"Sueña con mujeres envueltas en índigo".
-"sosteniendo sus libros hacia las estrellas más próximas"
-"para leer en secreto, ardientes secretos"
-Le tengo fe. Lee lo que debe leer todo hombre.
-Sólo soy un Dios que lee a Wallace Stevens, después de todo.
-Cuando sea mi amigo, le llamaré por teléfono y nos contaremos lo que leemos, quiere?
-Dele. Y cuando su amigo sea Dios vendrá a encontrarse con él, aquí, en el bar?
-Sí, sí, yo a este bar vengo siempre porque acá están todos mis fantasmas.
(Versión para móviles / versión de escritorio)
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux