Sábado, 12 de julio de 2014 | Hoy
Por Beatriz Vignoli
Una bandera ondea en mi ventana. Es argentina y flamea como con orgullo: flamear, qué metáfora. Alguien tiene que haber mirado mucho ese movimiento que hace la tela en el aire, y haberlo mirado así, temprano, medio hipnotizado todavía por el sueño, como para llegar a compararlo con ese otro movimiento de las llamas, también hipnótico: alguien que se durmió mirando el fuego. La bandera no está ahí por el Mundial, está ahí desde siempre. O desde 1943, por poner una fecha, que es como decir desde siempre. Ya nadie la iza al alba ni la arría al caer el sol: son ceremonias demasiado sexuales para esta época. Ella es una bandera posmoderna, siempre arriba, siempre up. De noche también flamea, incansable en el viento. Hace poco, a mediados de junio, vino a la plaza un camioncito con una grúa y se arrimó hasta el mástil; la desprendieron y se la llevaron para limpiarla. Después volvió, lavada. Hasta unos días antes del Día de la Bandera estuvo a media asta por un desperfecto técnico, que fue solucionado en aquella intervención de la grúa. Ahora flota en el viento frío, como una cabellera en una propaganda. Voy a aprovechar estos días para mirarla, estos días de triunfo y esperanza.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.