Mar 21.07.2015
rosario

CONTRATAPA

Un vate rural

› Por Homs

¡Basta ya de poéticas que a puertos inciertos llevan a encallar mi canoa!

¿De qué me ha servido el resplandor del fuego de Blake si he sido incapaz de reflejarme en las lustrosas botas del Chaqueño Palavecino?

Quienes no puedan con su obra asimilar su acervo son parias de la sensibilidad. Seres sedientos de una verdad de la que se niegan a abrevar. El artista, si no bebe de la leche que destila su propia tierra, se torna débil espectro. Casi un desterrado anhelante de lo que apenas conoce. Una bestia de carga con sobrepeso de versos livianos.

He aquí un listado de mis próximas obras.

Vamos a ver si las editoriales multinacionales siguen mimándome como hasta ahora...

El colapso de la gallareta.

Sissi Sirirí.

La muerte del pato criollo.

Los gansos pulsionales.

¡Dejemos hablar al ternero!

Boyeros eléctricos, pájaros al servicio de la propiedad privada.

Chinches verdes y loros barranqueros. Los demonizados por la civilización occidental.

El vuelo nupcial de los peones golondrina.

Arrieros en Rivotril.

La curandera que receta fluoxetina.

Mis menstruos en tu mate.

La morcilla albina y otros cuentos fantásticos.

El matarife que leía a Darío.

Bucólicas carneadas.

Autoayuda y Cebú.

Bombachas de diseño. La moda en el quehacer rural.

Cardón Vulgar. El charmè de los patrones.

Coqueta y campesina.

Mi prienda cortó sus trenzas y ha adoptado el frisé ¿por qué por qué?

Patoruzú, Ñancul y Patora, un triángulo que se encendía al anochecer.

Cruz y Fierro salen del closet.

Joven, viuda, estanciera y tortillera.

El capataz afrancesado.

El gaucho que se endominga los martes.

Glifosato para una plaga llamada amor.

Fumígame la vida.

Arame el surco.

¡Cuánta paja, cuánto trigo!

Barbecho y soledad.

Aniceto, ¿dónde metiste el marlo?

Monseñor Monsanto. Una vida en pos de la tierra.

Los pesticidas de la eternidad.

Roundup dile a la lluvia.

Veganos en el matadero.

La angustia del paisano ante el tiro penal.

Jinetes de la retención.

Los cuernos del sojero.

¡Padre, yo robé tres lechones!

¿Llegarán las 4x4 a inutilizar a los sulkys?

¿Acaso no matan a los caballos?

La vaca que le negó sus ubres a la máquina de ordeñar.

Doña Prima Luz. Una heroína de hoy para el campo de siempre.

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