Miércoles, 6 de diciembre de 2006 | Hoy
Por Susana Gruer
Cuando aquel periodista solicitó en el año 1939, que se declare apto para ejercer la profesión, en plena época franquista, la Dirección General de Prensa del Ministerio de la Gobernación le comunica: "Que queda invalidado para ejercer la profesión de periodista". Los motivos: ser judío y llevar una vida rada.
En qué consistía esa vida rara. ¿Tal vez simplemente en hablar a las estrellas en catorce o en setenta idiomas, como aseguró un contemporáneo suyo?
Tal vez en su biblioteca enorme que lo rodeaba como un aluvión de libros, y donde campeaban todas sus traducciones y sus libros. Ocho años preparándose para traducir las obras completas de Dostoievski, amando y sufriendo con sus criaturas. Los dos tomos de su traducción al español vieron la luz poco antes de estallar la guerra civil que desgarraría al pueblo español.
Traductor del alemán de las obras completas de Goethe, completa su trabajo con la biografía de este autor. La censura retira la segunda edición de Dostoievski, ordenando al editor se suprima el nombre del traductor de la portada y prólogo.
A pesar de esta prohibición el periodista "raro", que también fungía de traductor comienza a trabajar en Las mil y una noches para lo cual debe embeberse de la lengua árabe.
César Tiempo le insiste en que se traslade a Buenos Aires, pero no quiere abandonar sus amados libros. Se cartea con Borges, quien lo llama "Su maestro". Ambos se habían conocido en las tertulias que el periodista presidía en el Café Colonial en 1911 y donde Borges en plena juventud asistía maravillado y del cual dijo: "Yo he conocido hombres de talento, pero de genio sólo recuerdo tres y uno de ellos es ciertamente Cansinos Assens".
Rafael Cansinos Assens, este era el nombre del periodista "raro". Admirado por una pléyade de escritores argentinos, colabora en las revistas Jerusalem, Comentario y Davar, también publica en el diario La Prensa. Al cumplir setenta años, se le realiza un homenaje en Hebraica argentina por iniciativa de César Tiempo, colaborando Borges.
Sigue con sus traducciones, realizando una selección de poetas persas. Como un desafío a la muerte, a los setenta y cinco años nace su hijo Rafael Manuel y a los setenta y ocho años publica Las luminarias de Januca, falleciendo a los ochenta años.
Borges lo admiraba por la belleza de sus metáforas, "yo seré como un tigre de ternura", "el río está lleno de espadas", "el tren puede rezarse como un rosario".
Actualmente España lo ha reivindicado creando un sitio en la web a su nombre y decidiéndose la redición de toda su obra.
Cansinos Assens fue ignorado por sus contemporáneos, perseguido y silenciado por el falangismo.
Podemos decir con orgullo que los intelectuales argentinos de la época, lo admiraron y se pusieron a su disposición ofreciéndole el cobijo de nuestra patria, como César Tiempo, Luis Emilio Soto y Jorge Luis Borges, que se consideró siempre discípulo de aquel periodista "raro".
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