Reflexión

El desafortunado conflicto que se desarrolla en nuestro país ha tensado los ánimos al punto de llevarnos a situaciones extremas en las que parece imponerse una lógica absurda según la cual hay que embanderarse en una posición cerrada y excluyente: "o estás conmigo o sos mi enemigo".

Esta visión del mundo en blanco y negro constituye una mirada simplista, donde no faltan los que quieren hacernos aparecer como enemigos del campo. Hacerle creer eso a los rafaelinos sería lo mismo que desconocer nuestra historia, nuestras raíces y la realidad que formamos parte.

Precisamente, porque nuestra práctica dirigencial en todos estos años ha sido la integración de lo público con lo privado y la búsqueda permanente de consensos en un diálogo abierto a todas las instituciones, es que estamos convencidos de que el camino del diálogo y la negociación constituyen los instrumentos legítimos para solucionar los conflictos.

Ser dirigentes requiere de una buena dosis de prudencia y de paciencia. También implica compromiso y capacidad para asumir los riesgos de la incomprensión o la intolerancia de algunos.

Esta práctica política nos ha permitido acompañar el crecimiento de Rafaela, de sus empresas, de sus trabajadores, de sus escuelas, de la industria y del campo, aportando todos los recursos del Estado para lograr una ciudad que en más de un sentido es tenida como ejemplo en el país y de la que legítimamente todos nos enorgullecemos.

En este camino muchas veces tuvimos que soportar agravios. Algunas veces por intolerancia otras por incomprensión y otras como recurso innoble de los que incapaces de construir tratan de llevar agua para su molino criticando como única propuesta.

Nunca hemos respondido a estas agresiones y el paso del tiempo nos ha confirmado que no hay mejor argumento que la honestidad en el hacer y las obras que a lo largo y a lo ancho de la ciudad, hablan por nosotros.

Por supuesto, no confundimos la actitud de estos oportunistas, con la gran mayoría de mujeres y hombres a quienes seguimos convocando a construir una ciudad más integrada, más moderna y con calidad de vida, en un diálogo que alumbre nuevos consensos.

Frente para la Victoria

Partido Justicialista