CORREO
Más allá de la pregunta sobre quién tiene razón, si los agropecuarios o los gobernantes, hay que correr la cortina de humo y ver qué se esconde detrás.
Estas crisis cíclicas -cada diez años aproximadamente que se han producido a lo largo del siglo, encierran algo más que un simple reclamo.
En primer lugar, siempre ocurren cada vez que el país empieza a despegar económicamente. Segundo: al desacelerar la economía frenan la producción industrial. Tercero: obstaculizan los procesos de integración regional. Cuarto: refuerzan la creencia mundial de que la Nación no es confiable. Y quinto, todo eso mantiene a la población confundida y desesperanzada.
Por lo expuesto, es fácil suponer que siempre hubo y hay una mano negra que coordina desde el exterior estos sugestivos colapsos que apuntarían a evitar el sueño de la Argentina potencia. A la hora del repudio, entonces, será bueno apuntar al torero y no a su capa.
Hugo N. Lilli
Hemos visitado Rosario con motivo de la inauguración del monumento al Che. Hemos podido disfrutar de la belleza de los árboles que pueblan sus calles y parques. Felicitamos a los rosarinos por el mantenimiento de tanta hermosura que se brinda de manera gratuita a todas las personas que se acercan allí. Ojalá en todos lados se contagie esta costumbre de preservar la naturaleza. ¡Vivan las veredas rosarinas!
Olga Ester Tacchini
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