Candente

Enero de 1919, tórrido verano en Buenos Aires, las altas marcas térmicas parecen estar anticipando el clima político en ciernes.

Desde mediados de 1918 se suceden las huelgas: estibadores portuarios, marítimos, carreros y hasta la policía de Santa Fe protestan por la situación socioeconómica.

Subieron los alquileres y los salarios se deprecian por la crisis de la primera post guerra mundial.

Gobierna desde hace tres años Hipólito Yrigoyen, llegado a la Casa Rosada por la Ley Saénz Peña, para la oligarquía es el arribo del populacho. Los conservadores controlan la mayoría de los gobiernos provinciales, el Senado Nacional y la Suprema Corte.

Enero de 1919, se inicia la huelga en los Talleres Vasena, los obreros de la Sociedad de Resistencia de Metalúrgicos reclaman por la jornada de ocho horas y aumento salarial. La patronal contrata rompehuelgas, los obreros no se acobardan y organizan su resistencia, la policía los reprime y en pocos días la Capital Federal, Rosario y Bahía Blanca están en pie de lucha. Manifestaciones, piquetes, enfrentamientos en las calles, Villa Crespo, Barracas, La Boca, Parque Patricios, son escenarios de batalla campal.

Yrigoyen queda rehén de su ambigüedad y contradicciones, delega en el coronel Dellepiane la represión a los obreros y el teniente Perón controla las ametralladoras en las puertas de los galpones de Vasena, finalmente incendiado por los trabajadores.

La FORA del V Congreso,la FORA del IX Congreso logran después de cruentas jornadas -con miles de heridos, cientos de deportados y detenidos- que los capitalistas acepten el pliego.

La lucha de clases tiene en esta huelga heroica y solidaria uno de los hitos más importantes de la región.

Memoria contra el olvido y resistencia.

Carlos A. Solero

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