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Fuegos

La nota publicada en la contratapa de ayer, firmada por Adrián Abonizio, me llamó a reflexionar sobre el conflicto en Gaza, Medio Oriente, y el pueblo Palestino.

Resulta interesante el relato de la primera parte y la demostración de que entre nosotros no tenemos que sufrir enfrentamientos por razones raciales, religiosas, más aún cuando se trata de niños.

Pero no todo el mundo transcurre así, y justamente ese es un tema crucial que se da fronteras adentro del conflicto mencionado. Bueno es saber que hay excesos en ambos pueblos, que unos odian a los otros, y viceversa. Hay un documental que el Canal Encuentro está proyectando por estos días muy elocuente y recomendable. Pero habría que dejar de nadar en lo más playo y sumergirse, aunque sea un instante , en las profundidades del histórico enfrentamiento para ofrecer más certezas.

Por más de 50 años, una de las dos partes no acata, no acepta, no tolera, las resoluciones de la comunidad internacional en el sentido de respetar los derechos de la otra parte.

Por más de 50 años ataca, asesina, bombardea, y masacra a sus "vecinos".

Por más de 50 años ha incrementado su poderío militar a niveles que lo ubican como el segundo o tercer estado del mundo más militarizado y con más presupuesto para la guerra.

Por más de 50 años ha sido sostenido y apoyado por la potencia imperial más guerrerista de la historia humana: los EEUU

Frente a la brutal e inmensa fuerza militar asesina dotada de los últimos adelantos, los kazzam palestinos suenan como gomeras de la Intifada.

En 20 días masacraron al pueblo palestino, ocupando su raquítico territorio, aplastando con tanques y derribando sus casas, mataron más de 1400 seres humanos y la novedad que han introducido en su accionar es la de apuntar a la exterminación de la niñez. Más de 400 víctimas fueron criaturas. Esas son las verdaderas imágenes de esta profunda injusticia que nos pretenden edulcorar.

Bueno sería hablar con Moisés Kohen y preguntarle qué opina de la masacre producida por el ejército de su país, con detalladas cifras de muertos, heridos, destrucción de casas, etc., y así veremos que no está entre dos fuegos sino del lado de los que tienen el poder de fuego suficiente para terminar con vidas inocentes de niños que nunca podrán jugar a la pelota ni ganar trofeo alguno.

Héctor Marinángeli