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Yugos

Tiempo atrás se anunció que en España se investigarían los crímenes cometidos por el fascismo, entre otros el del poeta Federico García Lorca.

Poco después el juez Baltasar Garzón anunciaba lo inviable de esos procesos contra los ejecutores de delitos de lesa humanidad.

Cabe señalar que los argumentos de delegación de las investigaciones y eventuales condenas por tribunales de provincia son una lisa y llana dilación en la búsqueda de la verdad histórica. Es decir que los muertos por el fascismo continuarán sin descansar en paz y por lo tanto sin digna sepultura.

Está claro que los compromisos y complicidades de la clase política al firmar el tantas veces invocado Pacto de la Moncloa tienen que ver con estas cuestiones. Pocos son los interesados en remover los escombros y cenizas del pasado ibérico que oculta secuestros, torturas, muertes y una activa participación del clero.

Acaso también a Garzón el monarca Borbón le habrá espetado sin más "por qué no te callas"

Y entonces Garzón, más rápido que corriendo se fue a barajas antes que tener que irse a Barajas.

Lo cierto es que muchas latitudes se actúa con el hecho consumado: los muertos, muertos están.

A pesar de esto la memoria está viva y la conciencia popular respecto de quiénes son los verdugos y los cómplices también.

A uno y otro lado del océano no debe haber perdón, reconciliación, ni olvido.

Manuel López Ocaña

[email protected]