CORREO
Sentir y escuchar la designación de Abel Posse al frente del Ministerio de Educación porteño hiere en lo venal y sacude en lo sanguíneo. Quienes venimos luchando desde hace tantos años por el fin de la impunidad y para que los genocidas que instauraron el terrorismo de Estado estén presos sentimos una afrenta grande por esta designación en democracia.
Este señor -que evidentemente sigue una línea de pensamiento que se opone a los respetos de los derechos humanos- no merece ser funcionario en este presente. Lo que sí es claro es que este hombre no se designó solo. Lo preocupante es que una derecha que quiere posicionarse como lo nuevo es más de lo de siempre. Empresarios como Macri y sus laderos en el gobierno de la ciudad de Buenos Aires sacan a relucir sus intenciones. Si no ¿Cómo se entiende que Posse apoye públicamente la dictadura militar de 1976 y en su designación Macri lo pondere con un cargo entre elogios y abrazos? Una postal de derecha que puertas para afuera reivindican gestiones modernas y preocupados por la desigualdad social y en sus gestos concretos parecen abanderados sublimes de una época de nuestra historia que hundió a gran parte de nuestro pueblo en la más terrible marginalidad social. Y en el menemismo fueron aliados y quizás hasta cómplices del pisoteo más repudiable de un montón de argentinos que hasta hoy la siguen pariendo y son discriminados y estigmatizados.
Y en tanto, el puesto brindado a Posse no deja de ser clave, el de Educación. Qué políticas educativas podrá impartir un misógino y alabador de la dictadura. Y su patrón de turno, Macri, evidentemente condescendiéndolo.
Queda claro que la derecha no resigna escaños de poder para seguir sumergiendo a la gente en lugares de resignación social. Como si se apostará a que los pobres fueran responsables de ser pobres y si levantan la voz se le mete palos, como en el caso de UCEP, que parecía más cercana a un grupo de tareas de la dictadura que a una tropa preocupada por atender necesidades de la gente.
Ahí está la derecha con sus nombres de pila: Macri y compañía. Son ellos y es imposible no verlos como tampoco resignarse a su poder mezquino de seguir siendo ricos a costa de miles de argentinos pobres. Porque ahí estaremos quiénes pensamos que un país mejor es posible, en paz, con igualdad social, verdad, justicia y memoria. No nos resignamos como así tampoco claudicamos en nuestra lucha aunque a algunos les moleste y quieran seguir reivindicando la dictadura.
Juan Rivero
Concejal mandato cumplido.
Querellante en las causas a los represores en Rosario.
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