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Puerto de la Música

Nadie podrá decir que se trata de una especulación preelectoral, ni de oponerse a todo lo que el gobierno provincial o municipal propongan. Sí podríamos decir que semejante propuesta cuanto menos debería ser analizada, discutida, consensuada, aprobada, con la participación de miles de rosarinos.

Ante esta alternativa, lo conveniente es escuchar opiniones. Considero absolutamente exageradas las cifras que se manejan (más de 150 millones de pesos) en la inversión de la obra.

No creo que deba ser obligatorio elegir el céntrico lugar de la zona del puerto para tal fin, considerando la enorme extensión de nuestra costa sobre el río.

El faraónico emprendimiento, con todas sus bondades, no se justifica en la medida que consideremos otras necesidades impostergables que tiene la ciudad (sistema cloacal, aguas corrientes, viviendas populares, semaforización, accesos al centro, problemas de tránsito, robustecimiento del sistema de salud pública, pavimentos, mejoras de calles y varias etcéteras más).

Por lo tanto, la participación de los habitantes de la ciudad y sus opiniones al respecto deberían ser hoy el centro de la atención antes de definir proyectos futuros y decisiones inconsultas por parte de las autoridades.

Incluso me permito plantear una cuestión que creo es de fondo acerca del tratamiento del plan de obras y mejoras del municipio: ¿Por qué no hacemos un listado de prioridades de las necesidades más acuciantes que tienen los vecinos de toda la ciudad, y empezamos a planificar, a adelantarnos antes de resolver sin sentido, y ejecutar aquellas políticas sociales que den respuesta a los problemas más sentidos y postergados de resolución?

Quizás digan que esto se hace o se puede hacer junto a lo otro. Las arcas provinciales dicen están con problemas y se nota en la falta de financiamiento de determinadas políticas, escuchamos permanentemente que se pide, recurre o directamente se intima al gobierno nacional por más ayuda a la provincia, y resulta que queremos "invertir" en el Puerto de la Música varias decenas de millones.

La mayoría de la gente no entiende estas ecuaciones que nuestras autoridades plantean a menudo, por lo que la apertura de una consulta, de la participación y la toma de decisiones democrática puede ser un elemento a tener en cuenta pero sobre todo priorizando las necesidades más acuciantes de la mayor parte de la población que precisamente no es la que usufructuará del emprendimiento mencionado.

Hector Marinángeli