Sábado, 20 de noviembre de 2010 | Hoy
A LAS TROMPADAS
Según el Reglamento de la Cámara de Diputados de la Nación, cuando algún miembro de la misma sienta que se está afectando su normal funcionamiento o que, se ha perturbado su "decoro" personal, puede plantear una "cuestión de privilegio", la cual de ser aprobada por los dos tercios de los presentes, se le otorga tratamiento preferente, caso contrario se girará a la Comisión de Asuntos Constitucionales para su tratamiento (Art. 128). Es obvio que si en la citada Comisión se tratan las cuestiones de privilegio y en el medio de dicho debate, algún diputado/da se siente que se ha vulnerado su "decoro", debe plantearlo allí mismo para que sea tratado inmediatamente.
Es decir, hay una sola opción y no dos. Por tanto, no se puede optar entre plantear el tema de privilegio o, por el contrario, "encarjarle un piña" al diputado que estaría con sus dichos afectando su decoro.
Por eso, ante el affaire Camaño/Kunkel, no se entiende la posición adoptada por los bloques de la oposición en cuanto a justificar y/o respaldar la opción de resolver a "las piñas" la cuestión de privilegio de Camaño por la -supuesta agresión verbal de Kunkel.
Repito, esa opción no está contemplada en el reglamento. Y si la presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, que debe actuar en las cuestiones de privilegio, las resuelve por fuera del reglamento, debe perder ese cargo y -por lo menos ser apercibida.
Caso contrario se sentará un precedente antijurídico, contrario a los Tratado de Derechos Humanos y la Constitución, el cual podría rezar así: "Señor Diputado, si Ud. considera que otro miembro de la Cámara le ha faltado el respeto, podrá optar entre plantear una cuestión de privilegio o, por el contrario, pararse, atravesar la sala y propinarle una soberana trompada".
Vildor Garavelli
Abogado
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