Miércoles, 23 de noviembre de 2011 | Hoy
Agroquímicos
Un conjunto de ciudadanos que nos agrupamos en la "Campaña Paren de Fumigarnos", preocupados por los riesgos y daños que pueden generar las fumigaciones promovidas desde la escuela Agrotécnica 486 que dirige la ingeniera Liliana Colombo, realizadas a pocos metros de los lugares donde los alumnos desarrollan sus actividades y de las casas de los vecinos, queremos compartir algunas reflexiones en relación al uso indiscriminado de agrotóxicos, que afecta nuestra salud y la de nuestros seres queridos.
Coincidiendo con las afirmaciones de Eric Seralini, genetista francés de renombre internacional, nuestra preocupación, que se acrecienta día a día, reside en la cantidad de veneno (350 millones de litros solamente en soja) que se están arrojando en las áreas sembradas de nuestro país, sobre una población de 12 millones de personas aproximadamente, a los fines de combatir malezas, insectos u hongos que perjudican los cultivos. Consideramos que los mismos, en las cantidades enunciadas afectan todo tipo de vida.
Andrés Carrasco, director del laboratorio de embriología celular del Conicet, en sus experimentos con embriones, al exponerlos a cantidades de glifosato miles de veces menores a las usadas en la agricultura actual, con receta agronómica mediante, sufrieron malformaciones.
Claudio Lowy, consciente y movilizado por esta situación, llevó adelante una huelga de hambre para que la Defensoría del Pueblo de la Nación aconseje al Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca que clasifique adecuadamente a los agrotóxicos utilizados, ya que una clasificación incorrecta los hace aparecer como mucho menos tóxicos de lo que en realidad son.
En cuanto al glifosato, herbicida utilizado en el caso de la soja, el mismo va acompañado de elementos coadyuvantes que son más nocivos que el propio glifosato. Por otro lado, este mar de agroquímicos termina en nuestros acuíferos y ríos, envenenando las reservas de agua para nuestro consumo y el de los que vendrán.
Existen fallos de la justicia como el de San Jorge en Santa Fe, o también en Chaco, donde directamente se prohíben las fumigaciones dentro de distancias de resguardo con las viviendas y por supuesto escuelas o centros de salud.
Siendo Colombo una docente encargada de la formación de futuros agrónomos deseamos que ponga en práctica trabajos realizados sobre producción de alimentos saludables. El futuro de todos los habitantes de los pueblos fumigados se lo agradecerán.
Movimiento e Pueblos Fumigados, campaña "Paren de Fumigarnos".
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