Sábado, 22 de abril de 2006 | Hoy
Al presidente Kirchner no le faltan problemas. Cada vez que tiene que tocarles el bolsillo a los que estuvieron y, en muchos casos fueron impulsores o cuanto menos, cómplices silenciosos de la dictadura militar y también participes de la entrega del patrimonio nacional a manos de la ola privatista y sus negociados, le saltan al cuello, lo acusan de ser "otra patria". Porque al parecer, ahora existen varias patrias o formas de verla, patrias que son parte de las tensiones que se vive entre sectores históricamente antagónicos. Y hay sectores que fueron los beneficiados, directamente apropiadores de la riqueza nacional, ahora organizan protestas y añoran otros tiempos, tiempos donde el estado eran ellos y las ganancias también. Sí, a Néstor Kirchner no le faltan problemas. Si no vean estas palabras dichas por un dirigente ganadero: "Señor presidente, la patria ganadera, estamos al igual que los argentinos, cansados, ya tuvimos que soportar la patria sindical, la patria contratista, y ahora no aguantamos la presión de la patria montonera". Quién dijo estas palabras, la semana pasada, fue Ricardo Osella, titular de Confederación de Asociaciones Rurales Tercera Zona (Cartez) Lo dijo en una asamblea de ganaderos en Río Cuarto. Osella despotricó contra el acuerdo logrado entre el gobierno nacional y las asociaciones ganaderas, dijo que el acuerdo fue logrado "bajo presión", "un acuerdo mentiroso, un acuerdo para no cumplirse". Se puede pensar este discurso como "primitivo", producto de la ofuscación de un sector afectado por la veda a la exportación de carnes decretadas por "la patria montonera". Dentro de esa ofuscación, el ignoto dirigente ganadero no mencionó en su revisión histórica la patria militar. Tampoco la patria privatista. No, ellos, la patria ganadera como se asume Osella está cansadas de las otras patrias. Sobre todo contra aquellas que atentan, bajo presión, contra desmesuradas ganancias y especulación económica. ¿Se puede ser pensar que este discurso es ingenuo? En boca de ese sector, lo que se traduce cuando dice patria montonera, es patria subversiva, habla del enemigo de los años 70, repudia los ideales del derecho de todos los argentinos, tal como ya decía Fierro, a tener casa, escuela y trabajo. Algo que en el 45 comenzó a volcarse para el lado del pueblo. Luego los golpes de la patria militar y la historia conocida: millones de hambreados, niños marginados hasta de sueños y dolor, asesinato sistemático, con alevosía. Sí, la patria ganadera muestra los dientes. Y no da para reírse, ni mirar para otro lado. Ellos vienen siendo los dueños de la historia desde la misma fundación nacional. De la historia y del poder. Es lo que reclaman. Los ganaderos, las cadenas de supermercadistas, las empresas formadoras de precios, las petroleras que no invierten y hay que salirles a dar pelea, la reestatización de Aguas Argentinas, los millones de nuevos puestos de trabajo, son apenas datos parciales de un intento de cambiar la matriz distributiva de la riqueza nacional. Contra eso, con las armas que tiene, pelea el presidente Kirchner. Y como regalo, aquellos sectores que vieron ocupado su espacio, su discurso político, aquella ¿cómo llamarla? ¿izquierda dormida en el pasado? Para ellos todo está mal, teorizan y pierden su tiempo en tirar piedras, romper un vidrio y desear como única esperanza de sobrevivencia, que la gestión fracase. Que la patria ganadera lo venza, que las presiones del imperio, acompañado de una prensa "democrática" que defiende el bolsillo de sus avisadores, que son los verdaderos formadores de la opinión pública, logren el fracaso del gobierno. Por eso, al presidente Kirchner, no le faltan problemas. Bueno. La patria ganadera está en contra. El imperio está en contra. La prensa está en contra. ¿De qué lado se debe estar, entonces? Ya está siendo hora de juntar fuerza, de movilizar y de defender lo que se está ganando. E ir por más.
Frente Transversal Nacional y Popular
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