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No somos enemigos

Durante un largo período he apoyado por convicción al compañero Néstor Kirchner en su presidencia y a Cristina, en sus primeros años de gestión, y no fue un apoyo verbal. Cuando se debía salir a poner la trompa para defender este gobierno éramos pocos los que poníamos el pecho, ese que hoy inflan mucho diciéndose "k" y que tan solo son opinólogos detrás de una tv, o con grupos de amigos.

Durante mi corta vida como gremialista he soportado hasta lo impensado. Sufrí con cada uno de los acontecimientos por los cuales nuestra clase trabajadora terminaba siendo la única perjudicada. Con mucho sacrificio comenzamos a salir adelante y recuperar las conquistas sociales que el gobierno de Perón nos había dado, reivindicando nuestra clase, haciéndonos eternos defensores de su doctrina.

Hoy soy tal vez más peronista que antes, y como tal me repregunto ¿Quienes están cerca del gobierno no saben ver o interpretar a la gente? ¿No hay suficientes huevos para enfrentar disidencias? ¿Por qué creer que quienes no estamos de acuerdo en algunas medidas somos enemigos y debemos aceptar imposiciones?

Cuando observamos claramente los errores que comete nuestra presidente y lo decimos y resaltamos, no es para golpear su gestión ni debilitarla, sino para que definitivamente entendamos que para un argentino no hay nada mejor que un argentino. Muchos de nuestros compañeros necesitan hoy ser escuchados y no lo son.

Por el contrario, son tratados como ignorantes, intolerantes, etc. Es muy emotivo ser joven, pero es un estado transitorio. Yo lo he sido y en décadas en las que salías de una reunión y no sabías si volvías a tu hogar. Luché por ver al General Perón en el país y lo logramos.

Tambien lloré su muerte, como la de Néstor, y no miré el velatorio por televisión. He estado en las infinitas colas de gente para darles su

último adiós y agradecerles por todo lo que nos brindaron. Y por eso, nuestra experiencia nos habilita a que se nos escuche y nos tengan en cuenta. No hagamos realidad eso de que no hay peor ciego que el que no quiere ver o más sordo que quien no quiere escuchar, hay veces que las autocríticas ayudan. Estamos en una situación inmejorable como país, sería una pena que se siga desaprovechando tan magnífica oportunidad.

Edgardo Daniel Arrieta

Secretario general

Sindicato de Dragado y Balizamiento