Convenios urbanísticos

Los convenios urbanísticos, de los cuales se han aprobado varios en las últimos siete años, como los de Puerto Norte, Parque Habitacional Ludueña (zona del Estadio de Hockey), etc., son acuerdos entre el Municipio y un urbanizador privado, donde el primero permite urbanizaciones con normas creadas al efecto y el urbanizador se compromete a ciertas contraprestaciones de tierra, dinero u obras públicas, supuestamente de carácter social.

La experiencia hasta aquí ha sido de permitir grandes negocios privados y concretar muy pocos aportes a la ciudad, sobre todo a los barrios más postergados, ya sea porque no estaban previstos, porque se renegociaron a la baja o porque se demoran o no se concretan.

El hecho de sancionarse una ordenanza de regulación de los convenios es un avance, porque hasta ahora la Intendencia negociaba con el privado con absoluta discrecionalidad, casi sin normas que encuadraran la negociación. Sin embargo, el punto más importante de esas negociaciones son las compensaciones: el Municipio al fijar nuevas normas (permitir nuevos usos del suelo, fijar mayores alturas de edificación permitidas, o mayores factores de ocupación, siempre con relación a las anteriores), aumenta el valor del suelo beneficiando a sus propietarios.

El mayor valor del suelo debido a decisiones del Municipio: ¿Se lo debe quedar el privado? ¿El Municipio? ¿Distribuirse entre ambos? En este caso, ¿en qué proporción: 90﷓10%, 10﷓90%, etc?

La respuesta a esta pregunta es central, y de carácter eminentemente político, no técnico, y no está respondida en lo que se votó el jueves en el Concejo, que sólo dice al respecto: "Se determinará el valor de la compensación por cualquier método de homogeneización por aplicación de normas reconocidas: TTN, IRAM, IAT, etc." (artº 10.2c).

Es decir se deja este tema nodal totalmente abierto y en la nebulosa, intentándose además revestirlo de un supuesto carácter técnico, aún así sumamente indefinido.

Por estas razones, que siguen dejando en manos del Departamento Ejecutivo un grado de arbitrariedad casi tan grande como el que existía anteriormente, es que votamos negativamente esta ordenanza.

Alberto Cortés

Concejal Partido Socialista Auténtico

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