Discursos

Las declaraciones recientes de Binner y Bonfatti intentando explicar el tema de la Policía, el relevamiento de su jefe y el nombramiento del sucesor con selección del segundo del ex jefe Tognoli, han colocado al socialismo de la provincia en una muy complicada posición de desventaja política. La primera vertiente pasa por definir si sabían quién era Tognoli y qué antecedentes disponían en Asuntos Internos, qué recursos humanos manejaban a nivel de las autoridades provinciales y qué directivas se impartieron para que las fuerzas federales se hicieran cargo de las cuestiones atinentes al control de la trata de personas y narcotráfico como delitos encuadrados en jurisdicción nacional. ¿Ignoraban que las cúpulas policiales venían con una carga de vicios de corrupción que la propia sociedad les venía alertando y desoyeron los señalamientos de los kioscos y cocinas que con diversos métodos de comunicación les señalaron desde los mismos vecinos incluso con nombres y apellidos? ¿Qué mecanismos se utilizaron para activar la participación de los ciudadanos en el registro de los ilícitos y qué canales el Gobierno provincial tenía abiertos para sumar voces, actos y acciones tendientes a aislar los nocivos elementos de las fuerzas de seguridad que venían plagados de vicios, deformaciones y falta de formación ética y profesional? ¿Subestimaron la capacidad de irradiación de los niveles de corrupción o consideraban que esos niveles estaban por debajo de la realidad que tuvieron que enfrentar y para ese enfrentamiento se disponía de los cuadros técnicos, profesionales y políticos necesarios? No hubo evaluación del crecimiento del delito que se cometía a diario y del que éramos víctimas los rosarinos. No hubo evaluación correcta de los cambios operados en la seguridad de la ciudad y ni lo denominados corredores seguros fueron contemplados para el desplazamiento vehicular de taxis y ómnibus. Creyeron que con los intentos de los funcionarios dedicados a generar espacios de recreación, paseos dominicales, etc., estaba completa la acción de gobernar y que con discursos y anuncios se cubrían las expectativas de los rosarinos.

Angel M. Contestí

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