Mandela La muerte de Nelson Mandela, representa la partida de "todo un hombre", como bien lo calificaría nuestro inovidable Miguel de Unamuno. Mandela vivió los primeros años de su vida bajo la influencia de una Iglesia y una institución educativa que el Metodismo había levantado en esa tierra virgen, sufrida y fecunda a la vez, que se conoce como Africa del Sur.

También el pensamiento agudo y desafiante del Marxismo, sembró sus semillas en el corazón inquieto y apasionado de sus años jovenes, marcados por la opresión y los horrores del régimen del "apartheid", forma moderna de dictadura y esclavitud, promovida por el occidente capitalista. En tal proceso, Mandela pagó el precio de su coherencia y valentía, con 27 años de carcel inhumana, que él fué transformando en inteligente plan para la liberación de su patria amada. Luego sigue la impactante elección de Mandela como primer presidente negro de Africa del Sur.

Por eso cuando veo la gratitud y la alegría con que los Sudafricanos (negros y blancos) celebran la partida de su primer presidente negro, no puedo sino dar gracias también, por el inmerecido privilegio que tuve, durante mi episcopado en Argentina, de presidir la organización de ciudadanos negros de Buenos Aires, a su pedido, y por su solicitud, traducir el himno Sudafricano, que hoy se difunde en el mundo entero, y que entonces entonamos por primera vez en la Iglesia Metodista Central de Buenos Aires, en un acto por la nueva Sudafrica y la plena liberación de todo el continente africano. En ese mismo espíritu pude estrechar hace pocos meses las manos de la actual embajadora de Sudafrica, hija del Presidente Mandela, ligada también a nuestra Iglesia en Buenos Aires, a quien agradecí, el don divino que ha sido su padre para la lucha por la unidad, en justicia y en paz, de toda la familia humana.

Apoyamos sin reservas el voto de la publicación norteamericana, que propone el nombre del Papa Francisco, como "Hombre del año". Pero sugerimos que a su lado aparezca también el nombre de Nelson Mandela, como "Los hombres del año", que desde el tercer mundo (Africa y América Latina) marcaron el nuevo rumbo para el "Otro mundo posible", por el que oramos y trabajamos a la vez. Hasta la victoria final!.

Federico J Pagura

Obispo Emérito de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina.