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Insistir, resistir

Como el Ejecutivo municipal lamentablemente decidió avanzar en la búsqueda de consenso con actores que no representan el interés colectivo del centro de la ciudad, volveremos al Concejo a que pida se cumpla toda la ordenanza y no sólo una parte.

Causó mucho malestar esta reunión que se llevó adelante sin representatividad colectiva sólo individual, ya que no se realizó ninguna asamblea donde los presentes pudieran llevar una posición por mandato. El municipio dejó otra vez mal parado al empresariado, reduciéndolo a ser su vocero y observador sin margen de maniobra. Lamentamos que incumpliera con su promesa de invitar a todos los actores en la segunda reunión, y que se centrara en la ordenanza que prohíbe estacionar en diez calles céntricas que se sumarían a las ya zonas prohibidas para estacionar y a los carriles exclusivos. Continuaremos trabajando con el Concejo y esperando la promulgación de la misma, para avanzar en el recurso de amparo.

Luego de que nos enterásemos por los medios de que, finalmente se llevó a cabo la tan esperada reunión, pero sorpresivamente con un reducido grupo de personas, varias sin representatividad colectiva, ya que, ser un empresario exitoso no convierte a la persona en dirigente, reunión donde también estuvieron personas sin empresa, lo que convirtió a la misma, en un cónclave sin peso del sector afectado por la normativa, trasladándose este del lado del Gobierno.

Remozar el centro y simultáneamente avanzar con la prohibición de estacionar sin la infraestructura instalada, es una contradicción.

El remozado del centro, es una obligación que tiene el Ejecutivo desde 2004 (ordenanza 7675), no es un proyecto nuevo, y que al no implementarse en tiempo y forma, el área central cayó estrepitosamente en casi transformarse en una zona marginal de la ciudad. Con la prohibición de estacionar, el centro sólo será un solar bien arreglado.

Iremos al Concejo nuevamente a que se intime al Ejecutivo a cumplir con toda la ordenanza 9238 y no una parte. Esta normativa contempla los centros de transferencia vehicular en el macrocentro, un viejo y positivo proyecto de trasbordos del servicio público lo que reduciría notablemente el tránsito.

De lo contrario, sólo se estaría alentando a que las cocheras privadas aumenten naturalmente por aumento de la oferta, haciendo que esta se traslade hacia otras zonas de la ciudad, desertizando al centro de personas, generando inseguridad, cierre de comercios y desempleo, profundizándose el efecto de los carriles exclusivos.

Fabio Acosta

Federación Rosarina de Paseos Comerciales