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Pedófilo

Son de público conocimiento las denuncias que hice ante organismos oficiales referente al encubrimiento de un policía pedófilo y violador de menores, por parte de un jefe policial, que además incurrió en delitos como incumplimiento de deberes, abuso de autoridad, y para todo eso se dio el gusto además de hacer uso de la violencia de género, como ya lo expresé ante organismos como Consejo Nacional de la Mujer, la Dirección Provincial de Políticas de Género, e INADI Santa Fe. A pesar de seguir todos los pasos que exige la ley, en mi pedido de justicia, todavía hoy sigo sin respuestas.

Sinceramente, no creo lo que nos dijeron en Tribunales sobre las pruebas de la causa (como las fotos que obtuvieron supuestamente de la computadora de la sede policial), y es más, no creo que la computadora secuestrada sea la que realmente usaba el policía pedófilo Palacios para contactarse y bajar pornografía; ya que cuando un personal del juzgado nos mostró parte de las fotos, se trataba solo de personas mayores de edad, y en las pruebas que presentamos con mi esposo (fotos de listado de páginas o sitios que visitaba Palacios) se mencionaba claramente a "niñas de 12 años, o quinceañeras, o bien a lolitas como se denomina a menores de edad cuando las utilizan en videos pornográficos", y todo esto no recuerdo haberlo visto en el expediente. Seguramente, parte de esas pruebas fueron borradas cuando introdujeron en la PC de la dependencia policial, como dije en las denuncias, un programa denominado C-Clear que se utiliza para borrar el historial e incluso en el disco duro; y esa oportunidad de deshacer las pruebas se la dieron a Palacios avisándole sobre mi denuncia. Sospecho del motivo por el que le avisaron; cuando era ésta la oportunidad de derribar a un pederasta con varias denuncias en su haber por delitos sexuales cometidos contra menores. Me da incluso de sospechar que quizás alguien del poder sea policial o político podía llegar a estar involucrado en éstas actitudes de pederastas, y así me lo explicaron personas de otros países que se dedican a seguir a esa clase de delincuentes. Aunque Alcaraz quiera desligarse del tema diciendo que por nuestra parte nunca fuimos a hablarle, la denuncia nosotros la presentamos además de la Fiscalía de Rafaela, en Asuntos Internos de la policía de Santa Fe, y tampoco desde allí se hizo algo para protegernos, o al menos para darle un corte al conflicto, ya que Palacios siguió en el mismo lugar de trabajo, y a mí me derrumbaron. ¿Quién será el que dio la orden de dejar en paz al delincuente?

Fany Elizabet Yedro