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Esta carta va dirigida a quien ocupe el Sillón Presidencial, sea Macri, Durán Barba (Maquiavelo aggiornado) o Balcarce (la mascota).

Como lo que soy, una simple ciudadana, quiero hacerle saber que:

Desde el 10 de diciembre del 2015 venimos sufriendo ataques masivos contra nuestra integridad física y psíquica, porque eso representan las medidas que a la velocidad de la luz se han implementado en el país. Menciono algunas: devaluación, disparada inflacionaria, tarifazos, apertura importadora, apertura exportadora, subas de tasas de interés, desregulación financiera, endeudamiento, eliminación de proyectos sociales de todo tipo y un largo etcétera, todos mediante decretos de necesidad y urgencia .

Todas ellas benefician a los más ricos (leáse poderosos). Ellos representan una ínfima parte de la población de nuestro país. Ahora bien, ¿y el resto? Los que no nos beneficiamos con estas medidas, los que sufrimos sus consecuencias, la gran mayoría de ciudadanos, ¿qué somos? ¿somos la grasa del país? ¿qué mal hicimos? ¿cuál fue nuestro pecado para recibir tanto castigo?

El 51% que lo votó ¿quería esto?

El trabajador, el jubilado, el ama de casa, que lo votó, ¿quería esto?

Si la respuesta es afirmativa, permítame decirle que está haciendo las cosas bien y tendrá éxito con lo que sigue: más inflación, más despidos, flexibilización laboral (esto es paritarias con techo, vacaciones fraccionadas, baja de salarios, hacer de todo por el mismo precio, personal a prueba, etc.) Además de la exclusión de amplios sectores de la sociedad que no merecen vivir porque son pobres y todo aquello que usted se comprometió a no hacer.

Usted dijo que venía a terminar con el enojo y la crispación de muchos argentinos. Lo que no sé si comprende es el espanto y la indignación que está provocando en otra cantidad mayor de argentinos.

No sé si quienes lo votaron creyendo en sus promesas de días felices están conformes o algo desilusionados. Eso no lo sé. Pero lo que sí sé es que usted lleva 50 días de gobierno dándonos mazazos en la cabeza y destruyendo lo que teníamos.

Por último, quiero recordarle que le faltan algo más de 46 meses de gobierno. Como ciudadana, defensora de la democracia y respetuosa de la voluntad de las urnas, le digo que tendrá que terminar su mandato, pero podrá elegir cómo hacerlo. Si como un estadista o como un mandadero de los dueños del poder real en Argentina. Usted decide.

Cristina Rimoli