Narcisismo negativo

Entre los efectos más claros de las sociedades del capitalismo tardío o también llamadas post﷓modernas está el de lo que el filósofo sur coreano Byung﷓Chul Han denomina "narcisismo negativo".

En efecto, los cambios en la sujetividad han llevado a lo que R. Sennett señala como la corrosión del carácter expresada en una serie de conductas que derivan en una soledad en la multitud, en la alienación social llevada al paroxismo.

Uno de estos epifenómenos se manifiesta en la obsesión por la propia imagen de superficie, las llamadas selfies. Es posible encontrarse con individuos o grupos de personas en las calles o las playas "autofotografiándose".

Ahora bien, como afirma Byung﷓Chul Han en su libro La salvación de lo bello recientemente publicado en castellano: "El rostro da la impresión de haber quedado atrapado en sí mismo, volviéndose autorreferencial. Ya no es un rostro que contenga mundo, es decir, ya no es expresivo. El selfie es, exactamente, este rostro vacío inexpresivo. La adicción al selfie remite al vacío interior del yo. Hoy, el yo es muy pobre en cuanto a formas de expresión estables con las que pudiera identificarse y que le otorgan una identidad firme. Hoy nada tiene consistencia. Esta inconsistencia repercute también en el yo, desestabilizándolo y volviéndolo inseguro. Precisamente esta inseguridad, este miedo por sí mismo, conduce a la adicción al selfie, a una marcha en vacío del yo que nunca encuentra sosiego. En vista del vacío interior, el sujeto del selfie trata en vano de producirse a sí mismo. El selfie es el sí mismo en formas vacías.

Lo que genera la adicción al selfie no es un autoenamoramiento o una vanidad narcisista, sino un vacío interior. No hay ningún yo estable. Más bien nos hallamos ante un narcisismo negativo".

Como diría Z. Bauman tiempos de modernidad líquida, amores líquidos, precariedad y exclusión creciente, hasta como entretenimiento mediático, ficciones y crueles realidades.

Carlos A. Solero

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