Sábado, 9 de junio de 2007 | Hoy
La "inauguración oficial" del Monumento a la Bandera fue dispuesta por un gobierno de facto mediante el Decreto 4901 del 10 de junio de 1957. La estructura más emblemática y más importante, la torre central del Monumento, prevista en el proyecto original, ya estaba erigida y funcionando antes de la autodenominada Revolución Libertadora del 16 de setiembre de 1955, y por lo tanto ya existía antes del 20 de junio de 1957. El general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Francisco Rojas, líderes del mencionado golpe de estado al gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón, presidieron la inauguración de las obras complementarias, entre ellas el Patio Cívico. ¿Qué sucedía en nuestra Patria aquel 20 de junio de 1957? Aramburu y Rojas ya tenían sus manos manchadas con la sangre del pueblo masacrado por los bombardeos aéreos de la marina en la Plaza de Mayo el 16 de junio de 1955. También con los fusilamientos de civiles y militares, y con la Masacre en los basurales de José León Suárez en junio de 1956. Imperaban la Ley Marcial y la Pena de Muerte. Al comenzar el año 1957, llegaban las noticias a Buenos Aires sobre la publicación del libro de Perón escrito durante su exilio en Caracas, "La Fuerza es el Derecho de las Bestias", título concluyente en alusión a la dictadura gobernante. La verdad histórica reveló que ese 20 de junio de 1957 el cadáver ultrajado de Eva Perón viajaba en barco rumbo a Génova, donde permanecería oculto y con otra identidad en un cementerio de Milán durante catorce años. La Confederación General del Trabajo estaba intervenida. Sus dirigentes presos, proscriptos, o exiliados. Asaltaron los sindicatos despojándolos de sus bienes, como se hizo con la enorme obra de la Fundación Evita. El oprobioso Decreto 4161 del 5 de marzo de 1956 firmado entre otros por Aramburu y Rojas, se constituyó en un testimonio histórico en referencia al trato que recibieron los dirigentes y militantes peronistas por aquellos años. Con el peronismo proscripto, se aprestaba una inminente convocatoria electoral para el 28 de julio de 1957 a efectos de elegir los Convencionales Constituyentes que finalmente derogarían la Constitución Justicialista de 1949 que consagraba, entre otros, los Derechos del Trabajador, de la Familia, de la Ancianidad, de la Niñez, de la Mujer, de la Juventud, y de la Educación y la Cultura. Esta es nuestra verdad histórica, que exponemos públicamente en homenaje a quienes ofrendaron sus vidas en esos años, y en particular a las mujeres y hombres que hicieron que la ciudad de Rosario fuera considerada un símbolo y baluarte de la Resistencia. En la Villa Manuelita, a pocas horas del golpe de estado del 16 de setiembre de 1955 se exhibía una desafiante y orgullosa leyenda garabateada con brea sobre un pedazo de sábana, diciendo "Los yanquis, los rusos y las potencias reconocen a la Libertadora. Villa Manuelita no". El Monumento Nacional a la Bandera es un símbolo tradicional de nuestra ciudad realizado en homenaje al general Manuel Belgrano, quien izó por primera vez la enseña patria sobre las barrancas del río Paraná. Su realización fue producto de varia ideas y proyectos. Con el correr de los años se continuaron realizando obras y remodelaciones para materializar la idea original del arquitecto Angel Guido para que el Monumento se constituyera en "la puerta a Rosario desde el río Paraná". Por eso el 20 de junio de 1957 merece ser analizado en su totalidad, reivindicando la existencia del Monumento, no exaltando la fecha de una inauguración oficial impuesta por un gobierno de facto mediante decreto, que en nombre de la libertad, torturó, asesinó, censuró, proscribió, exilió, fusiló, a miles de argentinos que pensaban diferente.
Néstor Ferraza
Secretario general CGT Rosario
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