Domingo, 11 de mayo de 2008 | Hoy
SOCIEDAD › CUBA
Luis Báez es periodista en Cuba desde la etapa capitalista. Con el régimen de Batista cubría deportes, hasta que el perpicaz director de su periódico -viendo cómo venían los tiempos- le dijo: "Tú eres mi periodista del futuro, tú vas a cubrir todo lo relacionado con Fidel Castro". De ahí, hasta ahora y por casi medio siglo, siguió a sol y a sombra al gran Comandante. Por supuesto, la personalidad de Fidel y su causa enseguida lo deslumbraron, de una vez y para siempre. Esta semana Báez estuvo disertando en esta ciudad y habló con Rosario/12 de su último libro El mérito es estar vivo, donde cuenta los 600 intentos frustrados de asesinar a Fidel.
Por Por Leo Ricciardino
Una costumbre de Fidel Castro en los primeros meses de la revolución cubana, casi deja al Movimiento 26 de Julio sin su máximo líder a poco de empezar el proceso transformador en la isla. El comandante cumplía una rutina diaria al tomar todas las tardecitas -en la barra del hotel Havana Hilton, hoy Havana Libre- un chocolate caliente. La CIA había logrado convencer al mozo de la barra de que le pusiera una cápsula con veneno para asesinar al comandante. Pero a la hora de ir a buscar la pastilla a la heladera, ésta se había pegado a los hierros del refrigerador y explotó. Era la primera de las más de 600 veces que Fidel eludió a la muerte. Precisamente, en El mérito es estar vivo, el periodista y escritor cubano Luis Báez cuenta con detalles estos casi incontables intentos de la CIA de deshacerse de Castro. Báez que se inició en el periodismo cubano en la "etapa capitalista", estuvo en Buenos Aires en la Feria del Libro presentando este trabajo, y llegó esta semana a Rosario para dar una charla -"Cuba hoy, de Fidel a Raúl" (ver aparte)- y por supuesto, para hablar con los medios locales, entre ellos Rosario/12.
Báez, que participó en trabajos comunitarios con el Che Guevara y se deslumbró con Fidel cuando "lo ví al frente de sus tropas en Playa Girón"; es un hombre de hablar pausado, con esa dulzura, esa cadencia que los cubanos entrelazan en cada frase. "Es un libro que contiene una amplia información de fuentes norteamericanas y de la seguridad cubana, sobre los intentos, proyectos y planes de la CIA para tratar de asesinar a Fidel Castro. Que en total fueron más de 600. Y se llama El mérito es estar vivo porque estando nosotros en Nueva York en la Asamblea de Naciones Unidas; Fidel se reunió con un grupo de hombres de negocios y le preguntaron cuál el gran mérito de su vida y Fidel riéndose les dijo: 'El mérito es estar vivo'. De ahí sale el nombre de este libro".
El libro contiene entrevistas a siete agentes de la CIA, entre ellos un alto oficial de esa agencia de seguridad que estuvo preso en Cuba. A todos ellos los fui entrevistando a medida que salían de la cárcel y antes de marcharse hacia los Estados Unidos. "Algunos me pidieron que demorara la publicación de la entrevista por unos años y yo lo hice así. Esperé todo lo que había que esperar -varios años- y fui ético en la petición que ellos me hicieron", asegura Báez.
El libro contiene también un trabajo sobre Playa Girón. Cómo trabajó la CIA y cómo trabajó la Revolución Cubana durante esa invasión, que "realmente no llegó a las 72 horas. Fueron 64 horas exactamente, porque el plan de invasión era levantar una cabeza de playa, que se reconociera en foros internacionales a un gobierno de exiliados o de contrarrevolucionarios como le decimos nosotros, y fuera inmediatamente protegido por los Estados Unidos. Yo lo he visto a Fidel al frente de las tropas en Playa Girón. Y cuando los mercenarios lo veían se les caían los rifles, con un líder así una tropa no puede perder jamás", dice entusiasmado Báez al evocar uno de los momentos más gloriosos de la historia de la Revolución Cubana. Su primer prueba de fuego.
Báez vuelve a detallar el atentado contra Fidel que empieza esta nota y figura en el libro. "Es un episodio sobre cómo pretendieron matarlo a Fidel con una cápsula que preparó la CIA que se la iban a poner en un batido de chocolate, en el antiguo hotel Havana Hilton. Porque Fidel acudía ahí por las noches a tomarse un batido de chocolate. Y pasó que en el momento en el que fueron a tomar la cápsula para ponérsela en el chocolate a Fidel, la pastilla se pegó a los hierros del refrigerador y explotó. Entonces por eso, alguna gente de la CIA decía que a Fidel lo protegía algo más que sus tropas y servicios de inteligencia. Decían que lo protegía el más allá".
-Usted era periodista antes de la Revolución, ya ejercía en 1954. ¿Cómo fue ese cambio tan radical como profesional?
-Yo era cronista deportivo y antes de la revolución, el director de mí periódico me dijo: `Luis, tú eres mi periodista del futuro'. Yo no entendía bien por qué, pero cuando triunfó la Revolución me llamó y me dijo: `Yo te dije que eras mi periodista del futuro, empieza a cubrir las informaciones relacionadas con Fidel Castro'. Y ahí empecé, y sigo hasta hoy.
-¿Lo entrevistó el Che Guevara en alguna oportunidad?
-No, con el Che compartí muchas jornadas de trabajo voluntario con él y cubrí las informaciones de su actividad oficial. El Che era un personaje extraordinario, muy sincero y muy valiente. Muy revolucionario, vaya, todo lo que se te diga del Che es poco. El pueblo cubano le tomó un cariño extraordinario, ese cariño que tiene en toda América Latina y el mundo, el primero que se lo tuvo fue el pueblo cubano. Fue un hombre que se paraba en un discurso y decía lo que pensaba. Todo lo que te pueda decir es poco sobre el Che.
-Usted vino a Rosario a hablar también sobre Cuba hoy. ¿Cuál es la situación del gobierno con Raúl Castro a la cabeza, es una transición?
-Nosotros la transición la hicimos el 1 de enero de 1959. Esto es una continuidad, ahora se han combinado la experiencia de Fidel y dinamismo de Raúl. Y se han tomado una serie de medidas que fueron necesarias en un momento determinado producto del bloqueo tan extraordinario que tienen hacia Cuba. Y nosotros con nuestro trabajo, con nuestras medidas económicas, poco a poco vamos saliendo. Raúl en su discurso del 26 de Julio pasado pidió que la gente expresara sus opiniones. Y la gente expresó sus opiniones en relación con todo esto y se han aplicado todas estas medidas que son para hacer a nuestro socialismo, más fuerte de lo que era. Porque cualquiera que piense otra cosa está equivocado.
-Porque en un momento, con la enfermedad de Fidel, pareció que su salida del gobierno iba a ser algo muy traumático.
-A nosotros nos dolió mucho la noticia. La proclama de Fidel anunciando que se iba del poder, le puedo decir que muchos lloramos en ese momento. Pero bueno, Fidel tiene algo que lo protege desde el más allá. Fidel hoy está muy bien, está escribiendo. Está atento a todo.
-¿Cómo es trabajar de periodista como usted lo hace, convencido por una causa política que excede el mero ejercicio de la profesión?
-A mí me convenció de mí causa el propio Fidel, como convenció a la mayoría del pueblo cubano. Cuando tu ves que una dirigencia cambia por completo lo que era antes -y yo viví las dos etapas-, ahora veo que mis hijos son graduados, mis nietas van a la universidad sin que les cueste un centavo, tienen los hospitales gratuitos, todo eso te va cambiando poco a poco la mentalidad. Y cuando tu sales y te chocas con el mundo exterior, te das cuenta de la grandeza de lo que tu tienes. Tenemos problemas, pero somos un pueblo feliz en medio de todas las hostilidades de los norteamericanos. Porque yo quisiera haber visto qué pueblo del mundo hubiera resistido un bloqueo de 50 años como resistimos nosotros. Y aquí nos ve, vivos y coleando. Además, el socialismo en Cuba no lo hicieron los tanques soviéticos, lo hicimos nosotros, Fidel con todo el pueblo. Un socialismo criollo, con características propias. Un socialismo propio, por eso ha durado tanto tiempo.
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