"El libro empecé a pensarlo cuando Cristina ganó con el 54 por ciento de los votos. A partir de allí comenzaba a pensarse cómo sigue el 2015, los desafíos que se abren para un proyecto triunfante", dice Juan Giani para comentar la concepción de Filosofías del kirchnerismo, el trabajo que se prensentará mañana a las 19 en la sede de gobierno de la Universidad Nacional de Rosario (Maipú 1065). Para el autor, que es licenciado en Filosofía y miembro de Carta Abierta en Rosario, el libro es también una reflexión acerca de "cómo se está en un proyecto político donde se establece un sistema de lealtades, pero también hay que mantener siempre abierta la posibilidad de discutir las flaquezas del propio proyecto".

El trabajo que suma la colaboración en distintos artículos de Sebastián Artola, Germán Martínez y Sergio Rossi -con prólogo de Eduardo Rinesi-; aborda el kirchnerismo "por una razón evidente ya que se trata de un fenómeno político de envergadura. Más allá de las opiniones es un proceso histórico de una dimensión significativa. Por eso es digno de una valoración analítica, no es una coyuntura o un accidente de la historia. Está marcando que hay ahí una fibra íntima de la patria que fue tocada con el surgimiento del kirchnerismo", dice Giani. Y sostiene que "la filosofía en esto tiene cosas importantes para decir. Al menos en la matriz que uno entiende de la filosofía, una filosofía vinculada con la singularidad histórica de las naciones, con la vida profunda de los pueblos. Una filosofía no encapsulada simplemente en la vida académica sino que va dando cuenta de los procesos históricos, vinculada a la mejor tradición del pensamiento latinoamericano. Y por eso la decisión de detenerse desde ese punto de vista en el kirchnerismo, porque está marcando a fuego la vida nacional y además como una forma de entender a la filosofía".

-¿No constituye este ejercicio una pretensión, que hasta el mismo Perón tuvo, de encontrarle una filosofía propia al peronismo?

-Bueno, hay un hecho notable que se comenta muy poco y es que Perón le daba mucha importancia a la filosofía. El primer y nunca imitado Congreso Internacional de Filosofía en Argentina se realizó en 1942 en Mendoza y allí Perón presenta La comunidad organizada que es su texto liminar por decirlo así. Le daba mucha importancia a la filosofía como verdad profunda de las naciones. Por eso hay varios artículos del libro en los que intento indagar en las relaciones entre el kirchnerismo y el peronismo, cuánto hay de continuidad y cuánto hay de ruptura entre ambos. Es importante para poder establecer la identidad de este proceso que se hace en nombre del peronismo pero no sólo de él. Y además es posible y necesaria una mirada filosófica del kirchnerismo porque es una reivindicación de una determinada manera de hacer la filosofía y también un aporte para poder comprender el proceso político.

-¿Hay también una mirada filosófica acerca de la construcción del Estado y su centralidad política?

-El kirchnerismo es tanto la recuperación de un linaje nacional y popular como la recuperación de lo mejor del peronismo. Un rasgo sobresaliente es la intervención estatal en la economía, la soberanía económica y el repudio a las injerencias del Fondo Monetario Internacional, el latinoamericanismo como política exterior -Perón fue un gran latinoamericanista-; son todos elementos que indican la recuperación del mejor peronismo y también hay cosas que son ajenas a la tradición del peronismo como el matrimonio igualitario, que son cosas nuevas que el kirchnerismo toma. El libro en ese sentido hace un esfuerzo por regresar permanentemente a los grandes temas de la Argentina. Porque los debates que vive hoy el país no son producto de la psicología de los personajes actuales, sino que abordan temas que datan de los inicios de la patria. El tema del federalismo, por ejemplo, no es un problema de la chequera del gobierno o la simpatía de los gobernadores. Es un debate complicado y de larga data.

-¿Pensas que desde el propio kirchnerismo permanecen estos interrogantes o que son saldados rápidamente y sin demasiada discusión?

-A mi me parece que hay que tener permanentemente abierta la pregunta por el kirchnerismo, tanto para señalar lo importante que ha hecho como para no caer en la autocomplacencia. Hay que estar atentos a los temas pendientes, a los desafíos que se abren permanentemente. En ese sentido es un libro que también discute cómo estar en un lugar, es decir cómo se está en un proyecto político. Cuando uno establece un sistema de lealtades, por una parte ese sistema supone el abroquelamiento cuando hay riesgos para el proyecto; pero a su vez hay que tener siempre la disposición a pensar las flaquezas de ese mismo proyecto. Y tener además la vocación para discutir sobre ellas. A mí no me gusta la idea de ese concepto de que "no hay que sacar los trapitos al sol" yo creo que a veces es necesario y enriquecedor hacer público el debate de las dificultades.

-¿Creés que en esa lógica amigo-enemigo que muchas veces se da es difícil establecer ese criterio?

-Es difícil y por eso el libro contempla esos abordajes. Yo creo que ahí hay un problema porque se da por un lado una especie de ceguera, de torpeza intelectual de parte de la oposición (hay pocas figuras intelectuales y políticas interesantes) y por otro lado hay cierta reticencia de algunos sectores del kirchnerismo a mantener abierta la disposición al debate. Al debate no sólo con el rival, porque eso es un ejercicio natural de la política, sino al debate respecto de sí mismo, sobre el proyecto propio. Eso genera la capacidad de reinventarse.