Celia Korzunsky es Madre de Plaza de Mayo de Bahía Blanca, donde vive actualmente. Su hijo, Eduardo Sergio, desapareció el 4 de agosto de 1976 en el barrio La Alcoholera de San Nicolás. El principal testigo de su cautiverio es el sacerdote de Ramallo, José Luis López Molina, que fue detenido por el integrante de la plana mayor del Ejército, Federico Bossié, por orden del ex jefe del Area Militar 132, Manuel Fernando Saint Amant y sobrevivió gracias a la gestión del entonces obispo de San Nicolás, Carlos Ponce de León. Al salir, le envió una carta a Celia donde relataba el cautiverio de Aníbal, como conocían los compañeros de militancia a Eduardo Korzunsky. Ayer, Celia llegó a Rosario para acompañar a los querellantes en la causa por delitos de lesa humanidad en San Nicolás, adonde irá hoy para averiguar el estado de la causa por la desaparición de su hijo, que se encuentra en etapa de instrucción.

Con sus joviales 81 años, Celia se sentó en una silla de plástico en la galería techada del Tribunal Federal de Rosario, sobre calle Oroño, donde se refugian de la lluvia los militantes que van a hacer el "aguante" del juicio. Celia llevaba el pañuelo blanco y la foto de su hijo, junto a la de su nuera Marta Frañol, que pudo escapar de San Nicolás en 1976 pero desapareció en Capital Federal en 1978.

La noche que secuestraron a Korzunsky, Marta pudo eludir el operativo y viajó a Bahía Blanca a buscar a la madre de su pareja. Celia fue inmediatamente a San Nicolás para recabar datos sobre su hijo. La recibió el propio Saint Amant, a quien ella le dejó una foto de Eduardo, para que pudiera buscar datos. En el siguiente encuentro, Saint Amant había hecho imprimir la foto y le dijo que lo buscara en la vía pública. "Si fue él el que lo sacó en un coche", dice Celia, todavía indignada. Nunca más fue recibida por el jerarca.