Lunes, 26 de febrero de 2007 | Hoy
SOCIEDAD › CUATRO MILITANTES SOCIALES ENFRENTAN UN JUICIO
Ana Galmarini, Ema Martín, Ana María Ribeiro y Sara Coll están
imputadas por resistencia a la autoridad y lesiones leves.
Es por un remate que intentaron parar en 2003 en Chivilcoy.
Por Sonia Tessa
Cuatro integrantes de Mujeres en Lucha enfrentarán un juicio oral y púbico por resistencia a la autoridad y lesiones leves, que comenzará el 23 de marzo en los tribunales de Mercedes, en la provincia de Buenos Aires. Es por haber hecho lo mismo de siempre: cantar el himno para impedir el remate de una pequeña propiedad de 40 hectáreas de Chivilcoy, en septiembre de 2003. Pero el juez que intervenía llamó a la policía y las hizo detener, junto al propietario y sus familiares. Para responder a la Justicia, convocan a toda la población. "Esperamos que el 23 estén todos en Mercedes. Es importante que nos acompañen para evitar la criminalización de la protesta social", confió Ana Galmarini, una de las imputadas y referente de la organización creada por pequeñas productoras agropecuarias durante los años 90 para evitar los frecuentes remates de pequeños campos.
Galmarini, Ema Martin, Ana Maria Ribeiro y Sara Coll son las cuatro imputadas por resistir a la autoridad y provocarle lesiones leves, según el juicio que se desarrollará, pese a que los abogados de Mujeres en Lucha pidieron una instancia de mediación para llegar a un acuerdo. "El remate ocurrió hace tres años y tres meses, en septiembre de 2.003. Le remataban 40 hectáreas a un productor, y nosotras fuimos como otras miles de veces. Hicimos lo de siempre: cantar el himno. En este caso, fue muy particular, porque no había productores interesados en comprar, sino la liga, que le decimos la mafia de los remates, bonaerenses", apuntó Galmarini sobre las circunstancias de la denuncia que enfrentan.
El remate del campo se produjo el 12 de septiembre de 2003. Cuando comenzaba, las mujeres entonaron el himno nacional. El juez llamó a la policía, y las militantes terminaron en la comisaría. En aquel momento también fueron detenidos el matrimonio propietario del campo Ricardo y Mónica de Vassallo y su sobrino José Luis Aro. Según denunciaron las dirigentes del Movimiento Mujeres en Lucha, éste último -de 22 años- fue golpeado dentro de la propia comisaría por los efectivos policiales. Las militantes también recibieron golpes y maltratos durante las 24 horas que permanecieron detenidas.
Sin embargo, el juicio por las irregularidades en el remate sí tuvo buen curso, y hoy los propietarios originales continúan en su chacra. "Lo importante fue que gracias a lo que hicimos y a que el dueño del campo se animó a pelearla, después de la subasta, presentamos un juicio por la nulidad del remate, el dueño del campo sigue estando en la chacra, y continúa trabajando", expresó Galmarini, quien confió en que ganarán esa disputa judicial, ya que el remate no fue correcto.
Pero no pudieron evitar que continúe el proceso judicial en contra de ellas. El abogado Roberto Carpano, quien junto a Fernando Molinas ejerce la defensa de las mujeres, pidió el sobreseimiento y argumentó que sólo ejercieron "el derecho constitucional de reclamar frente a la simulación de un remate". Si son condenadas, las cuatro militantes podrán pasar entre un mes y un año en prisión.
"Nos preocupa que continúen los procesos contra los luchadores sociales, porque no somos nosotras solas. Hay 4.000 procesados", remarcó Galmarini. "Por eso nosotras queremos que nos acompañe toda la gente", consideró, y afirmó que ya recibieron adhesiones de diferentes personalidades: "Tenemos testigos como Fernando Pino Solanas, Adolfo Pérez Esquivel, que se comprometió a acompañarnos, vamos a hablar con (el Secretario de Derechos Humanos de la Nación) Eduardo Luis Duhalde".
El Movimiento nació en 1995 para parar la ola de remates. "En aquellos años era tal el endeudamiento del campo debido a los bajos precios, la falta de rentabilidad, los altos intereses que cobraban los bancos, que desaparecía un productor cada ocho horas", rememoró la militante social. "Decidimos movilizarnos cuando el gobierno nacional anunció oficialmente que dentro de ese modelo había 200.000 medianos productores que no tenían cabida. Era una política de concentración y provocó la mayor extranjerización de la tierra", puntualizó Galmarini.
Lo que hace Mujeres en Lucha es resistencia pacífica. "Cantábamos el himno las veces que fuera necesario, para obstruir ese remate. Era una forma de lucha, de decir no nos vamos a dejar arrebatar las tierras. Hemos logrado que los que se animaron pudieran mantener sus propiedades", ponderó Galmarini. Sin embargo, afirmó que no tienen registro de la cantidad de subastas que pararon, si bien saben que fueron "miles". "Pero además de los remates que paramos, también muchos bancos, por temor al escándalo, llamaban a los clientes, y buscaban acuerdos de pago", expresó.
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