Si la puesta en escena de Algo sobre el amor significó la primer experiencia teatral del director de cine, el estreno de Brisas heladas confirma no sólo que aquella fue una incursión fructífera, sino que permite además agregar un nuevo rol al nombre de Gustavo Postiglione: el realizador que ya es, también, director teatral. Porque en su segunda propuesta escénica, el director de la trilogía El asadito-El cumple-La peli profundiza en una búsqueda estética y temática, en una obra que hoy brindará su primera función en Arteón, la sala de Sarmiento 778 donde continuará presentándose los viernes de abril y mayo, siempre a las 21.30.

Protagonizada por María Celia Ferrero, Juan Nemirovsky, Adriana Frodella y María Eugenia Solana, la obra fue escrita por Postiglione, que volvió al ruedo luego de aquella positiva incursión que resultó ser Algo sobre el amor. "Fue una experiencia gratificante --reconoció en diálogo con Rosario/12--. Obviamente las expectativas eran inciertas, por meterme en un terreno que no me resultaba propio. Era un riesgo que me interesaba correr y el resultado fue muy bueno. Creo que eso me llevó también a pensar en esta otra propuesta".

Para su nuevo trabajo, el director sostuvo algunas líneas de investigación. "Los puntos en común son algunos que también vengo trabajando desde antes --indicó--. Se abordan algunas cosas a las que uno tiene que enfrentarse en situaciones de pareja, esas cosas de lo cotidiano que acá los actores trabajan desde una primera persona que le da mucha verosimilitud a lo que se está viendo. Es una obra con bastante texto, con muchos diálogos. Esa es una base común con Algo sobre el amor y, si querés, también con mi trayectoria en el cine. La diferencia quizás, en este caso, es que Brisas heladas está encarada prácticamente desde la construcción de un género".

Ese género es el policial, estructura a la que Postiglione busca responder remitiéndose "a la novela negra, el policial, más a lo literario". "Me interesaba trabajar sobre el género policial y tratar de llevarlo a la práctica en la escena teatral. La verdad fue muy atractivo poder lograrlo, porque también incluimos en la obra artificios propios del género, como disparos con armas de fogueo reales, con efectos que le dan más verosimilitud a la propuesta", detalló Postiglione, y agregó: "Hay ciertos procedimientos y artificios que son propios, no sé si del cine, sino también de la literatura y, también, del comic. Pero sí, quizás abrevan en otro lenguaje. Y, si lo puedo utilizar, obviamente que lo voy a hacer, pero si no tenés una base sólida en los actores, en el texto, en la puesta, todo eso se cae a pedazos".

Director de la citada trilogía, de largometrajes como Tremendo amanecer (2004) o Días de mayo (2009), de los telefilms Delivery (2002) e Ipanema (2003) y de propuestas de corte experimental-ensayístico como Miami Rmx (2006), Postiglione suma ahora su segunda creación teatral, en una balanza que sigue inclinándose lógicamente al plano de la realización. Sin embargo, con estas Brisas heladas confirma que la propuesta de Algo sobre el amor no fue un acercamiento efímero a las tablas.

"Es más, son dos instancias distintas que parten más o menos de lo mismo --apuntó al respecto el director--. Hacer una película es como grabar un disco, al que podés escuchar en cualquier lugar, en cualquier momento, y siempre va a sonar de la misma manera. El caso del teatro es como tocar en vivo: podés tocar los mismos temas con los mismos intérpretes, pero cada show, cada público, va a modificar al espectáculo. Creo que tengo un costado cinematográfico donde la intensidad, la adrenalina, el stress, esa cosa casi apasionante e intensa se da de una manera, y después del otro lado se da una cosa más relajada. Pero son dos cosas que se complementan. Es más, si pudiera hacer un año una película, al siguiente una obra, después una película, y seguir así... sería maravilloso. Así que, si querés, se puede decir que soy también director de teatro (risas)".