En el año 2001 Rosario se sorprendió con la imagen impresa en numerosass paredes del perfil de una bicicleta. La incógnita se develó al tiempo. Se trataba de un trabajo del artista Fernando Traverso, en total 350 imágenes cuidadosamente numeradas, en homenaje a sus 29 compañeros secuestrados y desaparecidos durante la dictadura. ¿La inspiración? En los años de plomo, un compañero del artista un día iba andando en bici y, al cruzarse con Traverso, fingió no conocerlo, seguro de que la patota lo venía siguiendo. Poco después Traverso encuentra la bicicleta atada a un árbol. Y así estuvo por días, sin que su amigo diera señales de volver a buscarla. Fernando comprendió que se lo habían "chupado". Entonces cortó la cadena y se lleva la bicicleta, cuya imagen 25 años después se trasformó en arte testimonial. Una bicicleta como la que la policía fotografió por entonces, rodeada de balas servidas.