PSICOLOGíA › EL ESPACIO SOCIAL DONDE SE UBICA AL ADOLESCENTE
El autor de la nota reflexiona a propósito de los hechos ocurridos recientemente en el que participaron alumnos de colegios prestigiosos de Rosario. El discurso institucional.
› Por Sebastián Grimblat *
Que extraña alquimia ha ocurrido en el pasaje entre las generaciones en la Argentina, para que el oro de nuestra cultura, en su acto de transmisión se haya transformado en excremento.
Lo que ha ocurrido, recientemente, con los alumnos en una de las instituciones más destacadas de nuestra ciudad no constituye un acto de indisciplina, sino la puesta en acto de la degradación en la transmisión de nuestra cultura. Un hecho singular como éste, expresa un estado general del vínculo entre los adolescentes y las instituciones, manifiesta los modos de recualificación simbólica entre lo que da y lo que recibe de una generación de otra bajo un sistema de equivalencias que no requiere paridad cambiaria. A esto último lo nominamos economía del Don, el acto de dar y recibir no es simétrico, el don porta dentro de sí una serie de mensajes que no son plenamente concientes pudiéndose mantener invisibles ante ciertos regímenes de "invisibilidad".
Aquí se establece un marco de conflicto, entre lo que no se puede mostrar y lo que no se quiere ver, ambos negativos se repelen durante un tiempo manteniendo una aparente calma en la superficie. Pero en las profundidades persiste un proceso constante de fermentación y descomposición social de aquellos mensajes que no pueden ser dichos ni escuchados. Por alguna razón, la polaridad cambia y violentamente la superficie y el fondo se homologan creando una situación desquiciada, violenta, intolerable, loca, irreal para los modos del discurso hegemónico, algo irrumpe. Los alumnos dejan sus excrementos en la escuela, esto constituye una indisciplina para el discurso hegemónico, el procedimiento habitual de la escuela es la sanción. Desde ésta lógica lo que se discute es el castigo ejemplar. Pero el hecho está más allá de los discursos que captan el acontecimiento.
Lo realizado por los alumnos no es producido desde la misma lógica de la moral institucional que juzga. Esto último es lo primero que hay que escuchar, el mensaje no es directo sino enigmático, y éste trasciende la apariencia de los hechos. De éste modo la indisciplina puede ser tomada como un acto de enunciación a descifrar, incluso el mensajero no es conciente que algo que no sabe está diciendo, está trasmitiendo una verdad de sí. Siendo éste un adolescente, es el trabajo de los adultos proponer el desciframiento, reestablecer los sentidos y las ligazones que la fermentación silenciosa de lo no dicho ha hecho estallar. En otras palabras, parar la violencia o intentar dejar de reproducirla
Primer pregunta ¿Qué es el excremento? Respuesta, es un producto del cuerpo, un deshecho. Segunda pregunta ¿Qué lugar sienten los adolescentes como propio en el proyecto colectivo de nuestra sociedad? Tercer pregunta ¿Qué hacen los humanos con los deshechos humanos? La humanidad desechada retorna como representativo de "lo peligroso" lo que no puede convivir con el resto. El desecho es aquel producido de uno mismo que no puede vivir con uno mismo, precisamente, debe ser desechado, expulsado, es aquella parte de mí que no puede estar conmigo de la cual me tengo necesariamente que desprender, esa parte mía que debe ser desubjetivada para que ya no me integre. El no poder desechar el desecho se presentifica como una violación de uno mismo hacia uno mismo, una violación excrementicia. ¿Será éste el vínculo de la sociedad con su producto, con sus adolescentes?
En este marco muchas veces las preguntas son clave, porque permiten comenzar a vislumbrar algunas respuestas, por más que éstas se presenten esquivas. Por eso, pregunto sin tener respuesta, ¿qué siente un adolescente al terminar su escuela, si es parido y bienvenido a un mundo amigable en el que tiene lugar, o es evacuado de las instituciones como desecho a un mundo hostil en el cual el es sobrante. ¿Podrán las instituciones hacerse presentes, brindando un marco sin necesariamente recurrir solo al castigo? La respuesta oscila en una posición ética, integrar o desechar.
* Psicólogo
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