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Jueves, 10 de abril de 2008

PSICOLOGíA › SEMINARIO SOBRE CLINICA Y TOPOLOGIA LACANIANA

Identificación y angustia

 Por Marité Colovini *

Desde finales del siglo XIX, S. Freud, le ha otorgado al cuerpo un lugar central en la construcción de la Teoría y Práctica del Psicoanálisis. Sus trabajos sobre la histeria labrados en paralelo con su Proyecto de una Psicología dan cuenta de ello. En 1892 en una carta del 29.6.92 a J. Breuer decía: "La satisfacción con que le alcancé a usted despreocupadamente mis pocas páginas ha dejado sitio al malestar que se suele anudar a unos permanentes quebraderos de cabeza. Me martiriza el problema de averiguar cómo se figuraría como superficie nuestra doctrina de la histeria, que es algo tan corpóreo...".

Así como el cuerpo también la Conciencia ha puesto al fundador del Psicoanálisis en las dificultades extremas de las dimensiones. Basta que nos acerquemos al texto que citamos de su Proyecto para constatar el embrollo de ubicar en dos dimensiones a la Conciencia y a la Percepción.

Es la teoría de la identificación y la de la angustia la que se perfila como telón de fondo de esta articulación, conciencia﷓cuerpo, fondo sobre el que se hace necesario replantearse, como lo hace J. Lacan, el registro de lo Imaginario a la luz de su invento: el objeto a.

"Es que lo imaginario es una Dimensión (que como saben he escrito) tan importante como las otras. Esto se ve muy bien en la ciencia matemática. Quiero decir en aquélla que es enseñable porque concierne a lo real que vehiculiza lo simbólico. Que por otra parte no es vehiculizado sino por lo que constituye lo simbólico, siempre cifrado. Lo imaginario es lo que detiene el desciframiento, es el sentido. Como les dije, es preciso detenerse en alguna parte, e incluso lo más pronto que se pueda. Lo imaginario es siempre una intuición de lo que hay que simbolizar. Como acabo de decirlo, algo para masticar, "para pensar" como se dice. Y para decirlo todo, un vago goce. La inestabilidad humana es más variada de lo que se cree, aunque se halle limitada por algo que reside en el cuerpo, en el cuerpo humano, a saber: lo que en el actual estado de cosas ﷓ aunque no esté terminado, quizás pueda llegar otra cosa﷓ en el actual estado de cosas, asegura el dominio de la opsis (en lo poco que de ella sabemos) de ese cuerpo, es decir, la anatomía". (Clase 1 del 13 de noviembre de 1973).

Seguramente es por ese estoicismo nunca reconocido del todo, que tanto S. Freud como J. Lacan han interrogado tanto el estatuto del cuerpo cartesiano como las categorías kantianas de espacio﷓tiempo.

Ya el esquema con el que S. Freud intenta describir la histeria con lazos, nudos, enlaces etc. Da cuenta de esta subversión del cuerpo﷓espacio﷓tiempo, que habrá e seguir a lo largo de toda su obra.

La retoma de J. Lacan del problema tiene distintas etapas. La primera, la del retorno a Freud y el intento de dar cuenta de la sobredeterminación del simbólico sobre el imaginario, marcada con los esquemas y grafos. La segunda, la de la teoría de la identificación y la interrogación al cuerpo cartesiano, marcada por las superficies. La tercera, la del imaginario retomado como un registro más y la entrada de lo real como lo imposible, marcada por las cadenas y nudos.

Nos proponemos comenzar este recorrido, que comenzado hoy, no sabemos cuando habrá de concluir. Los invitamos a acompañarnos en la aventura que seguramente por medio de lazos, enlaces, nudos, superficies, grafos y esquemas nos habrán de llevar a interesantes problemas cruciales de nuestra práctica.

* Con Pablo Román y Carlos Quiroga.

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