Jueves, 8 de mayo de 2008 | Hoy
PSICOLOGíA › UN CONCEPTO DECISIVO QUE MODIFICA LA CONCEPCIóN DEL CUADRO CLíNICO.
En el ciclo Paranoia y Estructura 2008, su dictante retoma las preguntas sobre las estructuras clínicas. En la neurosis, la intervención del analista apunta a que el sujeto deje de encarnar en sus síntomas y los pase a las palabras.
Por María Cristina De Biasi*
Este seminario se inició con el propósito de investigar las diferentes estructuras clínicas. Como bien sabemos, el Psicoanálisis hereda del saber de la Psiquiatría la nominación y diferenciación de los cuadros clínicos. Claro que, y esto es decisivo, dicha diferenciación sólo podría formar parte de la nosología psicoanalítica a partir de sufrir una torsión fundamental; sin la cual se trataría de un mero traspaso sin consecuencias.
Decidimos comenzar nuestro recorrido interrogando la melancolía, durante los períodos 2004 y 2005. Causados por lo real de la clínica en cuya práctica estamos comprometidos, recorrimos los textos fundadores de Freud y Lacan, en la articulación de esta problemática y la compleja trama conceptual que intenta dar cuenta de la posición del sujeto en la melancolía. No sin rastrear el modo en que los clásicos de la Psiquiatría planteaban su abordaje de la misma. Clásicos que opusimos tajantemente a la Psiquiatría actual del DSM IV (o similares), cuya fuerte raigambre en la Psiquiatría biológica apenas si deja lugar a otra práctica clínica que no sea decididamente farmacológica.
El abordaje de la melancolía desde las coordenadas freudianas y lacanianas nos permitió precisar de qué objeto se trata en ella objeto de cuya pérdida acaso se sabe, sin saber qué se perdió en esa pérdida y, al mismo tiempo, situar en relación a este último un punto de inspiración esencial en la invención del objeto a1, por parte de Lacan.
Llevados por nuestro recorrido, donde no dejaba de insistir la alternativa de situar a la melancolía como neurosis narcisista o como psicosis, decidimos continuar con el abordaje de las psicosis y lo que en ellas hay del "rechazo del inconciente". La paranoia, considerada tanto por Freud como por Lacan la psicosis por excelencia, fue nuestro siguiente tema. De ese modo abordamos durante los períodos 2006 y 2007 la paranoia y su articulación a la estructura, estudiando a partir de ella las dimensiones fundamentales de la estructuración subjetiva. Nuestra "carretera principal" en este recorrido fue el concepto nodal del NombredelPadre y la encrucijada de la cuestión filiatoria que se articula al mismo.
El punto pivote de la paranoia nos condujo por diferentes senderos, desde los cuales interrogamos entre otras cuestiones las diferentes psicosis, la folie á deux como "campo paranoico de las psicosis", el acto loco homicida y el crimen paranoico, el llamado sujeto del goce, la función del escrito en las psicosis, etc.
Proponemos hoy, para este período 2008 de nuestro seminario, volver a rizar el rizo de nuestra pregunta inicial por las estructuras clínicas.
Si el Psicoanálisis funda su clínica de la escucha en el descubrimiento del inconciente freudiano y en la invención del objeto a por parte de Lacan, es de esperarse que su operador fundamental, que es la transferencia, no sea un mero agregado a la concepción del cuadro clínico.
¿Qué quiere decir esto? Muchas son las teorías, incluso desde el campo médico, que plantean la necesidad de no descuidar el vínculo del terapeuta con su paciente. Así como también han cobrado un pleno desarrollo las teorías vinculares, en el campo de la psicología. Pero ¿es a eso a lo que nos referimos? ¿Qué dice el psicoanálisis cuando dice "transferencia"? ¿Qué quiere decir transferencia para el Psicoanálisis y de qué modo decisivo esto modifica la concepción del cuadro clínico? ¿Por qué decimos que no es un mero agregado al cuadro clínico? Son estas cuestiones las que nos proponemos abordar en el marco de este seminario.
Lacan plantea, llevando más lejos el descubrimiento freudiano, que hay una coalescencia de la estructura clínica con la transferencia, definida esta última desde su punto pivote del sujeto supuesto saber. El neurótico es ya psicoanalizante, aún antes de comenzar un análisis, dado que en su estructura y en la construcción de su neurosis ya preexiste una determinada relación al saber, que sus síntomas vienen a interrogar. El analista se hace soporte de esta interrogación a sabiendas de que el neurótico está ya en el camino de una solución. La intervención del analista apunta a que el sujeto deje de encarnar en sus síntomas, en sus inhibiciones y en su angustia, la verdad que en ellos está retenida, para que ella advenga en su medio decir a la palabra.
A partir de aquella formulación Lacan apunta a fundar, sin lograrlo, una nueva nosología. Pero esto deja de todos modos una huella fundamental que torsiona decisivamente la concepción del "cuadro" clínico. En un momento anterior Lacan ya habría transmitido su aspiración a fundar una nueva nosología desde el Psicoanálisis. Fue, precisamente, en su seminario sobre "El acto analítico" cuando planteaba que el psicoanalista estaba ya en la historia del sujeto como Velázquez en Las Meninas.
Tomando como ejes estas formulaciones claves (llaves) de Lacan nos proponemos abordar la estructura y las estructuras clínicas situándolas entre la transferencia y el acto.
1-Nombre que da Lacan al objeto causa del deseo. *www.paranoiayestructura.com.ar (Link: Período 2008).
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