[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

En 1915 Freud escribe la primera parte de sus conferencias de "Introducción al psicoanálisis", las escribe luego de pronunciarlas en la Universidad de Viena, en plena guerra, en un momento de mucha tensión social, con escasez de alimentos, de combustible, de pacientes. Freud estaba por cumplir sesenta años y decidió que daría fin a sus conferencias anuales en la Universidad, todo parecía terminar.

Sin embargo también tenía un gran deseo: resumir la obra de su vida y fijar la posición del psicoanálisis en ese momento y así lo hizo de manera tal que ni bien abrimos el libro, nos encontramos con planteos y elucidaciones que no encontraremos en otra parte de su vasta obra. O más bien, nos encontramos con que conceptos como los actos fallidos, los sueños y la teoría de las neurosis son abordados aquí desde perspectivas inesperadas "arrojando nueva luz sobre lo que podría haber resultado un terreno deprimentemente familiar".

En 2001, Charles Melman toma esas Conferencias de Freud como referencia de su Seminario anual, en el que con una frecuencia semanal rearticula, examina y pone a prueba, a la luz de las concepciones lacanianas, los planteos freudianos, dejándose solicitar también por un montón de preguntas que aún quedan pendientes en el psicoanálisis hoy en día, como la transferencia y el fin de la cura, el objeto a, la letra, el goce... Como ya lo había hecho en sus Nuevos estudios sobre la histeria (1982/1983) o en sus Nuevos estudios sobre el Inconsciente (1984/1985), nos muestra que es posible plantearse una nueva introducción al psicoanálisis, y que podría llamarse lacaniana.

Este Seminario -segundos y cuartos martes de abril, mayo, junio y julio, a las 19.30, en Homo Sapiens- brinda elementos tanto a los que quieran empezar a formarse en el psicoanálisis, como a aquellos para quienes aunque haga años que practican el mismo, se encuentren interesados en abrir nuevos interrogantes sobre las condiciones de este discurso.

* Colaboraron Ricardo Sujmajier y Esther Tocalli, miembros de la Association Lacanienne Internationale.