PSICOLOGíA › CELESTE GHILIONI, COMPILADORA DEL LIBRO EL DIVáN EN PSICOANáLISIS
La publicación, que cuenta con artículos de prestigiosos profesionales y fue editada por la UNR, nació de la pregunta sobre el momento del análisis en el que se produce el paso a la nueva posición, que pone en juego la sexualidad.
› Por José Manuel Ramírez
El diván en psicoanálisis es el título del libro compilado por Celeste Ghilioni y editado por la UNR. A partir de una antigua pregunta que la psicoanalista y compiladora se hizo cuando inició su práctica. Aquel interrogante sobre el momento del análisis para pasar al diván se convirtió, en 2007, en un seminario. Y ahora es un libro que cuenta con textos, no sólo de Ghilioni sino también de Cristina Savid, Ernesto Gangli, Marité Colovini, Omar Amorós, Stella Maris Firpo, María Inés Miraglio, Alex Dal Molin y Pablo Zöpke. Claro que, tratándose de psicoanálisis, el libro no trae recetas concretas, sino caminos que cada analista deberá recorrer en situación. Pero el texto sí contiene -según adelantó su compiladora- "elementos interesantísimos y algunas respuestas". En este diálogo, la profesional recordó el devenir de la publicación que fue presentada en el Colegio de Psicólogos.
- ¿Cómo surge la idea de este libro?
--La producción de este libro es el resultado de una pregunta o inquietud personal que surge hace unos 14 años aproximadamente cuando yo inicio mi práctica en el psicoanálisis. Recuerdo que estaba en una supervisión con Omar Amorós, quien escribe también un artículo en el libro, y estaba haciéndome preguntas en relación a las entrevistas preliminares en un tratamiento. Y surgió ¿en qué momento producir el pasaje a diván de algunos pacientes? Cuando le pregunto a Omar sobre bibliografía sobre el tema, me sorprendo cuando me dice que en realidad no había bibliografía y me sugiere otra colateral, que abordaba este tema de forma secundaria. Es decir, pensar a la práctica analítica en relación a una práctica discursiva, poder pensar en las entrevistas preliminares y un momento de pasaje a diván como otro posicionamiento del paciente en relación al discurso, pero que no hacía referencia específica al pasaje a diván como eje fundamental. Esta pregunta queda en suspenso, queda entre paréntesis, yo sigo transitando mi formación y mi práctica, y recién en el año 2007, en relación a otros trabajos de investigación retorna esta pregunta.
-¿Qué pasó entonces?
-Surge la idea de hacer circular esta pregunta entre analistas reconocidos y con una trayectoria como son los que integran este libro. Se propone un Seminario de Formación desde la Secretaría de Extensión Universitaria de la Facultad de Psicología, y me sorprende muchísimo la cantidad de practicantes del psicoanálisis que se interesan por esta pregunta. Es decir que esperábamos 15 ó 20 alumnos para el Seminario y nos sorprende encontrarnos con 80 participantes. El Seminario era convocado con el mismo título que lleva el libro: El diván en psicoanálisis, y había preguntas secundarias: ¿En qué momento de la transferencia producir el pasaje a diván?, ¿Qué sucede en la práctica hospitalaria, ya que se trabaja allí sin diván?, ¿Hay un correlato en relación al trabajo con niños de dicho pasaje?, ¿qué pasa en relación al diván en relación a las distintas estructuras psíquicas, es decir, con qué pacientes utilizar el diván y con qué pacientes no, y por qué, es decir, qué es lo que pone en juego el diván para utilizarlo o no?. Estas y otras preguntas fueron las que se plantearon como ejes del Seminario, y creo además que el diván plantea también un enigma, hay una pregunta que todos nos hacemos que es ¿qué pasa en el diván? Es una cuestión de curiosidad. Creo que genera curiosidad porque creo que también algo de una verdad que se juega allí.
-Desde la perspectiva de lo que ha significado el descubrimiento de Freud se podría decir: ¿Qué pasa en el lecho?, ¿Qué pasa en una cama? Porque diván es una palabra muy decorativa que lo desexualiza, como si fuese un uso por apariencia.
--Exactamente. Si está ligado a la sexualidad. Creo que en el diván, entre otras cosas, lo que está en juego es la sexualidad. Uno de los participantes del Seminario, Juan Ritvo, que no pudo estar en la publicación por cuestiones personales, es una lástima que no fuera publicada su ponencia , hizo referencia específica a esto, que en diván se habla de sexualidad, que el diván tiene que ver con lo que pasa de la cabeza para abajo. Es decir, con lo pulsional y con la libido.
-No con lo intelectual. No que se piense con la cabeza. Se puede estar pensando con los genitales, tranquilamente, y hablando desde ahí.
--Y además, lo pulsional del cuerpo, que no remite solamente a los genitales, se puede hablar desde una pierna, desde un brazo, del recorrido pulsional que en el mejor de los casos se puede poner en juego en un tratamiento psicoanalítico, no siempre es posible, al menos esa es la apuesta.
- ¿Los distintos colegas que escriben en este libro fueron participantes del Seminario?
--Fueron invitados teniendo en cuenta los ejes que mencionaba antes, y en relación a quiénes podían abordarlos en el Seminario. Es decir, que si bien la invitación fue abierta, y la consigna fue abierta, cada uno podía recrear la pregunta como quisiera. Se pensó en cada uno de los autores de acuerdo al trabajo con que cada uno ya realizaba. Por otro lado, los distintos nombres no responden a una línea única, o a una escuela determinada, o sea que es gente que viene de distintos lugares, de distintas escuelas, y creo que esa fue una intención también como para que la pregunta pueda recrearse desde distintos lugares. Que cada uno pueda hacer una reflexión desde distintos lugares de formación. Lo que surgió también en el curso del seminario, algo muy interesante, al principio, fue cierta disconformidad de parte del auditorio, porque creo que la presencia del auditorio tenía muchas expectativas en relación a poder llevarse respuestas concretas, algo así como una receta sobre en qué momento hacer pasar al diván, y no se llevó esa respuesta, lo cual me pareció interesante porque produjo algo así como cierta insatisfacción y cierta verdad en relación a lo que se trata el trabajo psicoanalítico. Es decir, uno no se maneja con un libro de recetas sino que en cada caso se va a poder vislumbrar de qué situación se trata. De todas formas hay elementos interesantísimos y también hay algunas respuestas.
- Más allá tu función de compiladora está la producción de este objeto que es el libro.
--La publicación me llevó al encuentro de dos emociones ambivalentes. Por un lado, una gran satisfacción, lo digo en forma personal, pero también en relación a comentarios de analistas que participan de este libro, pero por otro lado cierta incomodidad por una distancia que se pudo haber producido entre lo que se dijo en aquel momento, dos años atrás, y lo que hoy está escrito como distancia de hoy sobre aquello que escribí. Es interesante porque el escrito así se desprende como objeto del autor, hay una posibilidad de diálogo del propio autor con su escrito, es decir, qué dije en aquél momento, qué podría decir hoy diferente, con qué acuerdo, con qué no. Es el corte que se produce con este objeto libro y que ahora está disponible para la circulación.
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