PSICOLOGíA › LA VIOLENCIA COMO LA ANTíTESIS DE LA PALABRA
› Por Viviana Demaría y José Figueroa*
La violencia no es la palabra, incluso es exactamente lo contrario. Lo que puede producirse en una relación interhumana es o la violencia o la palabra. (J. Lacan)
La vida no vale nada. Un día sábado, un centro comercial en Holanda, un joven alto y rubio, armas de fuego y mucho sol fueron los ingredientes para dejar en el recuerdo la vida de seis personas, grabar a fuego la de otras quince heridas y señalar al mundo con su peor dedo índice que el capitalismo salvaje ha inscripto en las nuevas generaciones una huella que muestra el desconocimiento del registro del otro humano como semejante.
Veinticuatro niños baleados, doce muertos, una escuela rebosante de vida, un joven "casi invisible", dos revólveres calibre 38 y una carta de despedida es otro de los escenarios donde la imposibilidad de empatía con lo humano se enseñorea del Brasil.
Hubo una mano que sostuvo un arma que disparó el gatillo que mató a niños a mujeres a hombres y que apuntó a la cabeza que dirigía la mano y disparó la última bala en Holanda y en Brasil. Pero al mismo tiempo una sociedad brindó las herramientas del final. Las de matar y las de pensar. Un tiempo, una juventud. Hoy podemos ver que el avance constante y sostenido del neoliberalismo permitió la emergencia de una nueva forma de vínculos que ha dividido a la sociedad entre quienes logran sobrevivir a la marginalización y los que están siempre en riesgo de caer, entre los ganadores y los perdedores.
Profunda huella de los '90, momento en que estos jóvenes llegaban al mundo y más allá de su historia personal, el mundo los recibió con esta dicotomía donde debieron navegar y tratar de no hundirse. Desde esta perspectiva llegar a ser un ganador no tiene que ver con hacerse acreedor de un premio en un concurso, sino con alcanzar parámetros de éxito social en estado puro, más allá de toda legitimación moral o productiva.
No importa el medio. No importa el camino. Importa llegar, la primera plana, que el nombre reverbere una y mil veces ya no sólo de boca en boca o por haber realizado una hazaña heroica y solidaria, sino que el ciber espacio replique el horror, de ser necesario, hasta el infinito y por lo más oscuro y abyecto de ser necesario. Porque desde esta visión del mundo --se sabe-- habrá del otro lado de la pantalla quienes consuman hasta lo más crudo del dolor.
*Psicóloga. Artículo completo en La quinta pata, domingo 10/04/11, Publicación alternativa digital independiente.
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