La psicoanalista Andrea Bordignon, quien pertenece a los Equipos de Atención en Salud Mental que están operando en distintos puntos de la ciudad ante la tragedia, se hizo un tiempo para conversar con Rosario/12 sobre los efectos subjetivos de las víctimas como de todos aquellos que participan o han participado en estos hechos. Ella destaca la necesidad de crear instancias orientadoras en estas intervenciones.

﷓¿Qué considera esencial a tomar en cuenta en esta clase de desastres?

-Hay que remarcar en estos operativos donde se interviene en un desastre de tal magnitud que lo esencial es la organización: promover orden dentro de una situación caótica en los distintos niveles de participación. Todos los compañeros de Salud Mental de Rosario y de la Provincia agradecemos la ayuda y predisposición de colegas que nos han llamado o se acercaron espontáneamente al Centro de Especialidades Médicas Ambulatorias de Rosario (Cemar). Estamos trabajando en conjunto desde la mañana y el punto de referencia es Salud Mental de la Municipalidad, que coordina el dispositivo general a través de distintos soportes en los lugares donde se presta una escucha o nuestro acompañamiento ante esta situación crítica.

﷓¿Respecto de las situaciones afectivas de familiares o directos afectados qué nos puede decir?

-A estas horas lo más complejo es encontrar formas de acompañar a cada una de las familias que está esperando novedades sobre sus allegados y/o desaparecidos, cada equipo de Salud Mental está a disposición de cada persona que se encuentra a la espera. Como así también acompañando en el momento de mayor dolor. Tal como lo hemos trabajado todo el día es importante que se respete la organización que se va diseñando desde Salud Mental de acuerdo a las prioridades del momento. Hay equipos de trabajo establecidos en tres lugares fundamentales. En estas circunstancias crear instancias orientadoras es toda una intervención.

﷓¿Cuáles son esos 3 lugares?

--Los tres lugares de intervención son el Cemar; en Oroño y Salta donde hay un espacio de ofrecimiento de contención, y el Instituto Médico Legal. Estos son los lugares donde se desarrollan las distintas ofertas de atención ante las urgencias subjetivas que surgen en una situación de catástrofe en familias afectadas, en general son familias enteras. Más allá de que cada uno de los afectados consienta en querer conversar con nosotros, es decir en recibir un apoyo, o no, lo cual debe ser respetado, es importante que estemos allí.

-¿Cómo surge su participación en este hecho?

--Formo parte de los Equipos del Grupo de Salud Mental de la provincia de Santa Fe que trabaja en coordinación con la Secretaría de Salud Mental de Rosario. Es de destacar la disposición de muchísimos colegas de la ciudad y alrededores que se han acercado ofreciendo su colaboración bajo la forma que se vaya necesitando. Estos van siendo llamados de listados que se han armado para ir haciendo los relevos para no dejar sin atención a quienes lo necesitan.

-¿Qué principios orientan una labor tan delicada y al mismo tiempo tan importante como la que desarrollan los colegas y usted misma?

--Cada vez que nosotros participamos en este tipo de contingencias volvemos a orientarnos en algunos principios esclarecedores, entre ellos pasar del vector del hacer al vector del decir, pasar del correr, de la pura acción, al decir, pasar de las cosas por hacer a las cosas por decir, esto es esencial, articulado también a las diferentes personas que están involucradas en el operativo general de la emergencia. Poder hablar con todos los que intervienen en la situación porque no sólo los directamente afectados, sobrevivientes o familiares, sino los que están asistiendo en este escenario. Esta fue una ocasión muy particular para poner el cuerpo, poner el cuerpo para sostener en el sentido más literal a quienes se desplomaban ante los hechos. Quiero decir que estas situaciones son difíciles porque hay poner el cuerpo. Hay que pensar si uno tiene con qué, porque realmente no es fácil estar en estas situaciones.