PSICOLOGíA › "LA CIENCIA Y LA VERDAD" DE JACQUES LACAN
› Por Daniel Senderey *
En La ciencia y la verdad, Jacques Lacan explora las relaciones de la ciencia y el psicoanálisis, apoyándose en las críticas de Koyré y Kojéve a la concepción positivista de la ciencia moderna. La singularidad de la tesis de Lacan es que la ciencia moderna y su discurso se sustentan en la emergencia de una nueva posición subjetiva. En la meditación cartesiana un yo pienso fundamental es el soporte de todas las cogitaciones, de todas las representaciones. Desde Galileo la ciencia opera con la ascesis del significante matemático y elabora un saber que rechaza al sujeto. Es su condición de existencia, su potencia. La ciencia es esencialmente aparatos e instrumentos reductibles a la ecuación numérica, extrayendo un saber que fuerza la realidad hasta hacerla delirar como las manipulaciones biotecnológicas en el cuerpo.
Con Freud hace irrupción una nueva perspectiva que revoluciona la subjetividad mostrando que el sujeto no se confunde con el individuo. Los actos fallidos, los olvidos, el lapsus no son alteraciones de la inteligencia, o las capacidades cognitivas del individuo. El sujeto está descentrado con respecto al individuo biológico, es otra cosa que un organismo que se adapta. Así la separación entre individuo y sujeto nos introduce a una diplopía donde viene ubicarse la verdad freudiana. La verdad no está ni en el individuo ni en el organismo, ella se ubica en la pulsión.
El sujeto de la experiencia analítica no es el individuo biológico que la ciencia se ocupa de estudiar. El sujeto que habla es un obstáculo a la producción de saber científico sobre el individuo, puesto que el hombre de ciencia contornea este obstáculo reteniendo sólo los datos que extrae de la observación del individuo, vía una exploración sofisticada del organismo del ser viviente y cuyos instrumentos faros son actualmente las imágenes cerebrales, y los estudios genéticos.
El ideal cientificista que animaba Freud lo condujo a la invención de la práctica analítica y Lacan suscribió al cientificismo de Freud, prueba de ello es que no cesó a lo largo de toda su enseñanza de renovar sus referencias haciendo uso de la lingüística, las matemáticas y la lógica.
La ciencia y el psicoanálisis son dos campos del saber cuyas prácticas comparten su vocación de cernir un real y no se trata de oponerlos de una manera caricatural. El real del psicoanálisis no contendría un saber sino que vehiculizaría el saber del inconsciente, la ausencia de una ley, la ley que no puede escribir la relación entre los sexos, tratada por Lacan como una imposibilidad.
El psicoanálisis a diferencia de la ciencia moderna que trata lo general y tiende a un discurso universal, se ocupa de lo singular, del caso por caso y deviene un lugar propio donde el inconsciente testifica un real sin saber, sin matema.
* Psicoanalista. Miembro EOL Sección Rosario.
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