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Jueves, 12 de septiembre de 2013

PSICOLOGíA › LA ATENCIóN DE ADICCIONES EN INSTITUCIONES

Formas de evaluar la vulnerabilidad

 Por Patricia Colovini*

Los altísimos niveles de deterioro por ingesta o abstinencia de sustancias psicoactivas complica cada vez más la evaluación diagnóstica en el campo de las adicciones. El déficit en la estructuración señala una intensa vulnerabilidad narcisista que deja al sujeto en el campo de lo imaginario: fascinación especular, fenómenos de fragmentación corporal, captación por la imagen del doble (montajes paranoides). Esto lleva a carencias de referencias simbólicas y como consecuencia a la desestabilización del sujeto, al acto (acting﷓out y/o pasajes al acto).

El planteamiento de hipótesis diagnósticas diferenciales, en el trabajo con pacientes en relación de dependencia con sustancias se acrecienta por el aumento de diferentes manifestaciones fenomenológicas como: manifestaciones delirantes, proliferación de alucinaciones, delirios oníricos, análogos al delirio del fenómeno elemental de la estructura psicótica. Locuras histéricas, episodios psicóticos, psicosis estructural: la delimitación conceptual se complica.

Nos encontramos en nuestra práctica clínica casos que se asemejan en un principio a desencadenamientos brutales de psicosis. Posteriormente, en el trabajo interdiscursivo dentro de la institución, resulta una neurosis severamente descompensada. El episodio -﷓o "brote"-﷓ se puede reiterar o no, dependiendo de la singularidad del caso.

Del mismo modo, se presentan fenómenos mixtos no fácilmente asignables, lo que, al decir de Jacques Munier "nos sitúa en un campo que debe ser cualitativamente explorado", aunque hay que tener presente que psicosis y neurosis son polos estructuralmente diferentes.

Más allá de las controversias conceptuales, el problema de las fronteras, de la dualidad, de los límites no está saldado. Esto acarrea consecuencias en la conducción del tratamiento: las entrevistas de admisión ubicarán al paciente en una historia singular, tratamientos previos, datos clínicos... Esta primera toma de contacto se enlazará con un trabajo interdisciplinario entre las áreas de abordaje con la intervención terapéutica adecuada: Psiquiatría, Psicología Clínica, Socioterapia, Educadores, Enfermería y Acompañamientos Terapéuticos.

Durante el intercambio de conceptos en dichas áreas se decide la dirección que tomará el tratamiento. La supervisión de casos clínicos, el trabajo con la familia del paciente, etc. se orientará hacia el hecho de que "la demanda de algo nuevo" se instale en la singularidad de cada paciente.

Dejo esta reflexión: La locura no es patrimonio de la psicosis... La clínica actual nos interroga día a día.

*Psicóloga Clínica. Docente Psicología UNR. [email protected]

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