Desde Santa Fe

La crecida del Paraná complicó ayer la situación en dos distritos costeros de Santa Fe que están fuera de la zona de defensas, donde ya fueron evacuadas 25 familias: 19 en la Vuelta del Paraguayo y seis en Colastiné Norte. La altura del río llegó en las últimas horas a 5.38 (ocho centímetros por sobre el nivel de alerta), pero muy por debajo de los 6.20 que había vaticinado el Instituto Nacional del Agua (INA) para mediados de julio, aunque después corrigió el pronóstico. Ayer, el INA estimó el pico la crecida en 5.45, que llegará el 31 de julio. "Estamos preparados", dijo la secretaria de Comunicación Social de la Municipalidad de Santa Fe, Andrea Valsagna, quien ponderó el operativo de emergencia para asistir a los damnificados. En toda la provincia hay 37 familias evacuadas: las 25 de Santa Fe, más dos en San José del Rincón, dos en Arroyo Leyes, una en Santa Rosa de Calchines y cinco en Santa Javier.

Ayer, el secretario de Protección Civil, Marcos Escajadillo, recorrió -junto a funcionarios del municipio﷓ los distritos más amenazados por el río: la Vuelta del Paraguayo, Colastiné Sur y la Bajada Distéfano. "La situación está controlada", sostuvo Escajadillo.

Sin embargo, vecinos de la Vuelta del Paraguayo advirtieron sobre las consecuencias del avance del agua. "La situación se agravó -dijo una militante del proyecto Revuelta, Anahí Acebal-. El acceso principal está cortado y el barrio ya se encuentra totalmente inundado".

El gobierno reubicó las 25 familias de la Vuelta del Paraguayo y Colastiné Sur en "módulos habitacionales", como llama a refugios construidos con paneles de maderas y chapas de cartón, en zonas más altas, cerca de la ruta 168, entre Santa Fe y Paraná. Según Acebal, "los módulos habitacionales no alcanzan para la cantidad de familia que se quiere trasladar", lo que había generado cierta tensión en el barrio y en los refugios.

A pesar de eso, Valsagna ponderó el plan de contingencia. Hace un mes -recordó﷓, el intendente (José) Corral declaró la emergencia hídrica en Santa Fe cuando se conoció el primer pronóstico del INA, que estimaba un pico de la crecida de 6.20 en Santa Fe, a mediados de julio. Posteriormente, el INA corrigió la estimación de la riada y ayer estimó el pico en 5.45, que llegaría el 31 de julio. Es decir, veinticinco centímetros por debajo de la etapa evacuación, que recién está prevista para los 5.70.

"Todo indica que el río se mantendrá por encima de los 5 metros hasta fin de julio, por lo menos", dijo Valsagna por LT10. La consultaron antes de conocerse el último informe del INA al final de la tarde. "Lo importante es contar con la información de los organismos técnicos y estar cada vez más preparado para estas situaciones, como supervisar el estado de las defensas, el funcionamiento de las estaciones de bombeo y evaluar situación día a día", explicó la funcionaria.

"El río Paraná ya está en bajante aguas arriba, por lo tanto esperamos el pico de la crecida para fin de mes y después que comience la bajante. Eso nos da un panorama de mayor certidumbre", agregó.

Ante otra pregunta, Valsagna dijo que "el grupo de familias que ya están evacuadas no debería aumentar. Y después, habrá que acompañarlas en la vuelta a sus hogares".

Después la recorrida por la zona costera, Escajadillo presidió en su despacho de la Secretaría de Protección Civil una reunión operativa con funcionarios de la Empresa Provincial de la Energía (EPE) y la Municipalidad de Santa Fe para evaluar "las zonas de riesgo". El objetivo fue definir un "protocolo de cortes del suministro de energía eléctrica en la zona, priorizando la vida de las personas que en las condiciones existentes (humedad permanente y anegamiento de sus viviendas) pueden correr riesgo de electrocución", se informó. Las cuadrillas de la EPE realizarán otro operativo en el lugar para constatar la situación de las viviendas, dialogar con los vecinos y determinar nuevos cortes.