Jueves, 12 de marzo de 2015 | Hoy
PSICOLOGíA › HISTERIA Y OBSESIóN PERMANECEN EN LOS CONSULTORIOS PúBLICOS Y PRIVADOS
El recorrido que inauguró Freud y fue leído una y otra vez por Lacan, será el tema del curso anual de la EOL y sumará preguntas como ¿Qué valor adquieren hoy la imagen y la virtualidad? y ¿Cómo impactan en la sintomatología?
Por Daniel Senderey*
Las formas histéricas y obsesivas no han desaparecido en los consultorios públicos y privados, como el DSM lo hubiera deseado. En nuestro siglo hay neurosis y si bien las modalidades de presentación clínica no son las de los tiempos de Freud hay ciertas coordenadas que permanecen. La histérica con su queja, su demanda, su sufrimiento, no encuentra su lugar ni en su propio cuerpo, ni en el seno de la familia, ni en el trabajo, ni en la ciudad en la que habita. En definitiva, el drama histérico es no sentirse nunca segura respecto al lugar que el Otro le da en su deseo. La relación de la histérica con el deseo lleva siempre la marca de la insatisfacción, que se verifica en todos los campos de su vida, pero que afecta muy particularmente a la vida amorosa y sexual.
El cuerpo en la histeria inscribe así otra lectura de la anatomía, Lacan cuando plantea el mecanismo de constitución de los síntomas histéricos, coloca en el primer plano, no la conversión, sino otro mecanismo freudiano: la identificación al síntoma del Otro.
En los seminarios 16 y 17, Lacan plantea que en la neurosis, las dificultades con el partenaire sexual se presentan como insuficiencia o impotencia, dos respuestas neuróticas que constituyen la histeria y la obsesión.
La histérica en su posición inconciente sostiene la armadura del padre, especialmente impotente o castrado, que apoya con su amor, como una defensa a lo real del goce. Ante la idealización de este goce rechaza cualquier otro por insuficiente, es la insatisfacción histérica.
Si en sus primeras concepciones etiológicas Freud formulaba una escena o experiencia sexual "pasiva" histérica, en la Neurosis Obsesiva hablará de una experiencia sexual traumática, pero en la que hubo cierta actividad de parte del sujeto, e ideas culpabilizantes asociadas a ello.
En el "Hombre de las Ratas", historial clínico paradigmático de la Neurosis Obsesiva, Freud ("A propósito de un caso de neurosis obsesiva", Editorial Amorrortu, Tomo X) ubicaba un "núcleo de histeria" en toda neurosis obsesiva, y pensaba a ésta última como un "dialecto" de la histeria. Respecto de la posición masculina, su derivación en la neurosis obsesiva es planteada en términos de la identificación con el padre simbólico: ser el amo como prototipo de la masculinidad. La neurosis obsesiva rechaza tomarse por un amo. Hace tratos con el amo con quien está en deuda y es allí donde localiza su goce: en la deuda. El síntoma obsesivo con el tiempo es dependiente de su esfuerzo por reducir el Otro al Uno de una manera bien particular: eliminando lo que en él se halla de goce. Es lo que el obsesivo deja ver a cielo abierto, y que llamamos la verificación obsesiva: comprobar que el goce no ha infectado al significante, que el goce ha sido civilizado por el significante, o también, que el goce ha pasado completamente a la contabilidad. Las formaciones reactivas que sostienen el "carácter" obsesivo, la ilusión de dominio consciente, su aislamiento constituyen un cierre con respecto a la dimensión transferencial del sujeto histérico.
Debe señalarse que la histeria ya no está comandada exclusivamente por la relación de amor al padre, ni la obsesión en relación al padre muerto, lo que hace resonar la exclamación de Miller: "No podemos más con el padre" (En Lacan Cotidiano 317. www.eol.org.ar).
Jacques Lacan hizo de la histeria un discurso y no así de la obsesión. Sin embargo, la neurosis obsesiva es la que interroga a Lacan por los obstáculos que aparecen en una cura.
¿Qué valor adquiere hoy la imagen y la virtualidad? ¿Cómo impactan en la sintomatología de la histeria y la obsesión? ¿Qué nos autorizaría en cada caso a hablar de neurosis y desde qué orientación el analista dirige las curas de estas neurosis?
De este recorrido por la Histeria/Obsesión que comenzó Freud y fue releído una y otra vez por Jacques Lacan a lo largo de su rica enseñanza, se tratará el curso anual de la Escuela de Orientación Lacaniana de Rosario.
*Docente. Psicoanalista Miembro EOL y AMP. Colabora en el dictado del Curso Carolina Rovere, psicoanalista, Participante en la Escuela.
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