Domingo, 13 de julio de 2008 | Hoy
OPINIóN › PANORAMA POLITICO
Por Pablo Feldman
El miércoles próximo se debatirá en el Senado de la Nación el dictamen de la mayoría del FPV que no es otra cosa que el proyecto que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, que con modificaciones -que benefician a más del 80 por ciento de los productores agropecuarios- ratificó el esquema de retenciones móviles diseñado por el Poder Ejecutivo.
Además de esa dictamen habrá en consideración otros tres, uno de ellos elaborado por el productor sojero y senador por Santa Fe, Carlos Alberto Reutemann. En sus intervenciones en las reuniones de comisión, el Lole no solo vistió un atuendo chacarero/elegante -campera, camisa desabrochada, y borcegos, en lugar del traje que jamas se sacó mientras concurrió al Senado- sino que dio rienda suelta a sus conocimientos sobre la materia, siempre en su rol de productor, mas que de legislador de la nación. "Solo de autos y de esto puede hablar Reutemann con tanto entusiasmo", dijo a este diario un colega de bancada que seguía con admiración el relato del senador sobre la variación de los precios internacionales de la soja y advirtiendo que había "algo raro". No es la primera vez que el ex piloto ve "algo raro". Como se recordará ese fue el argumento que esgrimió para rechazar la candidatura presidencial luego del interinato de Eduardo Duhalde. Pero volviendo al tema, hay que reconocer que el santafesino siempre tuvo la misma posición, desde el comienzo del conflicto cuando nadie imaginaba que se podría llegar a tan conflictiva situación. Más aún, hasta que no le quemaron unas máquinas en su estancia -información nunca desmentida por él, ni radicada denuncia policial- Reutemann se había mantenido en el silencio e intrascendencia que los distingue desde que ocupa su banca en la Cámara alta.
A partir de ese episodio y de la convulsionada situación que comenzó a multiplicarse en los pueblos de la provincia fue que el Lole le llamó a Hermes Binner para sumar su firma a la declaración que forzaron centenares de intendentes en contra de las retenciones. De allí en más, Reutemann hizo más nota en cinco días que los últimos cinco años, y reapareció como figura política luego de un prolongado ostracismo, lógico por otra parte después de haber gobernado la provincia durante 8 años entre 1991 y 2003. En esos dos períodos, intercalados por otros tantos de Jorge Obeid su "socio político", minoritario, por cierto Reutemann firmó el pacto fiscal de Carlos Menem, privatizó la Dipos (hoy otra vez en manos del Estado como Aguas de Santa Fe), le entregó el Banco Provincial a los hermanitos Rhom, intentó rematar la EPE, se le inundó la ciudad de Santa Fe (recordemos que por el desborde de un río de llanura) y se produjeron los luctuosos episodios del 19 y 20 de diciembre donde Santa Fe ostentó el triste récord de haber tenido más muertos que cualquier otra provincia del país. Entre las siete víctimas, se recuerda especialmente a "Pocho" Leprati, asesinado de un escopetazo en la garganta por un policía en el comedor infantil donde trabajaba "el angel de la bicicleta". Dicho sea de paso, ese fue el tema que acompañó a Hermes Binner durante toda la campaña que lo depositó en el sillón principal de la Casa Gris.
Y es en buena medida el actual gobernador el que rehabilita a su viejo adversario. Si bien nunca se enfrentaron electoralmente, uno y otros se han cruzado acusaciones que son difíciles de levantar, o al menos de olvidar, sin embargo en lo que para muchos es un gesto de "grandeza" aparecen coincidiendo en el tema del campo, y si bien el senador socialista Rubén Giustiniani presentó un proyecto sobre el tema en los albores del conflicto, Binner ha expresado su adhesión al proyecto de Reutemann, pidiendo que sea considerado como la alternativa. El presidente del PS minimizó el hecho argumentando que "lo importante es ganar la primera votación y rechazar lo que viene de Diputados y luego se verá cómo seguimos".
De acuerdo a las previsiones que se hacen desde los diferentes sectores la votación será ajustada. De todos modos lo importante será el resultado final, no ya por saldar la discusión sobre este punto, sino por la insoslayable repercusión institucional.
En las últimas horas se han conocido declaraciones y sucesos que marcan que el nivel de discusión ha traspuesto claramente la racionalidad y el sentido común.
Desde la presentación del impresentable Moreno diciendo que "los únicos índices son los oficiales, los demás son presunciones", pasando por Néstor Kirchner en la "carpa del amor" parafraseando al Mahatma Gandhi, hasta Alfredo De Angeli pidiendo que "los que coman lomo que lo paguen 80 pesos" -como si en sus piquetes comieran puchero o la clase media que lo apoya cenara con mondongo- o el presidente de la Sociedad Rural de Pergamino que dijo por radio sin inmutarse que "el problema que teníamos en la ciudad era de estacionamiento, lo estábamos por hacer medido o estacionar a 45 grados porque no entraban más la chatas y los autos nuevos, pero eso ahora se enfrió todo". Y lo último, un chico que se paró con otros dos frente a Eduardo Buzzi y le reprochó "su traición por estar al lado de la Sociedad Rural". El pibe -militante de la UES- fue sacado a empujones y trompadas por colaboradores de Buzzi que solía estar del otro lado del mostrador. Se hicieron dos denuncias, una el chico, y la otra Buzzi, ambas por amenazas.
Lo que se vote en el Senado caducará el último día de octubre. Para el año que viene y los próximos será necesaria una nueva ley que contemple el tema retenciones sino otros aspectos de la problemática del campo. Un Programa Nacional Agropecuario sería lo lógico y razonable. Pero para eso, habría que separar la paja del trigo. Y sobre todo deberían hacerlo los representantes de los diferentes sectores del campo hoy unidos por la torpeza del gobierno y la voracidad de algunos de sus dirigentes.
Las coincidencias entre Buzzi y Grobocopatel -el zar de la soja en campos arrendados- es difícil de explicar dentro de los parámetros históricos de la Federación Agraria, ambos sostienen que las retenciones propician la concentración de la tierra. Que lo diga "Grobo" tiene lógica, pero para el caso de la FAA sería muy bueno que repasaran un exhaustivo trabajo del profesor Eduardo Basualdo que desde su cátedra en FLACSO establece que en la zona pampeana el 86,4 por ciento de la tierra está en manos de los mismos propietarios desde hace más de un siglo, que además arriendan otras parcelas para mejorar su rendimiento. Se trata de familias tradicionales, nucleadas en la Sociedad Rural.
Como suele suceder en la Argentina, lo urgente desplaza a lo importante. La urgencia perpetua en la que está sumida la clase política conduce no solo a errores coyunturales sino a menospreciar el capital intelectual de quienes deberían aportar a éste y otros debates que la Argentina se debe. Así como hace unos años el padre de un joven de clase media alta, que fue secuestrado y asesinado se transformó súbitamente en especialista en "seguridad", hoy quienes defienden sus legítimos intereses pretenden sacar chapa de expertos e infalibles. Se ve en el gobierno y en la dirigencia del campo. Si hasta Reutemann, que no hizo más que sacar tres o cuatro cuentas, pareció un erudito al lado de muchos de sus colegas. Pero en los países que se hacen las cosas en serio se convoca no solo a los idóneos y técnicos en la materia sino a intelectuales y filósofos.
La discusión debería ir más allá de 3 o 5 puntos de retención, debería salir del agravio y la descalificación para ingresar a un territorio donde seguramente muchos de los protagonistas de estos 120 días no podrían conducirse. Tal vez esto también haya servido para tratar de saber quién es quién, quiénes se parecen y quiénes hacen lo que deben hacer antes que lo que les conviene.
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