Viernes, 12 de septiembre de 2008 | Hoy
Por Daniel Canabal *
Una marca vale por lo que significa. Por tanto, la auténtica dimensión de la marca no es ella misma sino su imagen y representación. Toda administración de gobierno tiene respecto del uso de símbolos de identidad, deberes y derechos.
El primero de esos deberes es no confundir La Provincia con el Gobierno de la Provincia. Confusión en la que ha caído el senador Mercier. Y no es de sorprenderse, su pasado como integrante y funcionario de una dictadura genocida pareciera ser, obnubila su mente y lo confunde. Los usos y costumbres de las prácticas democráticas nunca fueron lo suyo.
La provincia de Santa Fe, como todas las provincias de nuestro país tiene, desde siempre, su identidad gráfica y se expresa a través, no de un icono, sino de la heráldica tradicional. Dicho de otra manera, el escudo de la provincia es la representación simbólica y la expresión gráfica de la continuidad políticoinstitucional a través de la historia. Y sus elementos, lanza, flechas, estrellas, lazos rojos, lazos celeste y blanco, laureles conforman el relato de esa historia. Allí están representados la lucha con los indígenas, las luchas internas y la organización política de impronta federal, la territorialidad de los 19 departamentos, el triunfo de una forma de ver y concebir el país.
El escudo provincial viene de la historia y se proyecta hacia el futuro. Y es deber de la administración política gobernante preservarlo.
No se reemplaza, no se modifica, no se lo moderniza. Se lo respeta y se lo aplica en todas las instancias protocolares e institucionales. Y así se hace en esta administración. Pero así como respetar la heráldica de la Provincia es un deber, también es un derecho de la conducción política electa o sea de quienes conducen Gobierno de la Provincia tener su propio icono de gobierno, tal como lo hicieran los gobiernos de Vernet, Reviglio, Reutemann y Obeid, en dos ocasiones sucesivas cada uno, sin que por ello surgiera ninguna preocupación, reclamo, pedido de informes ni presentación en el último cuarto de siglo por parte del senador Mercier.
¿Por qué, entonces, es legal, lícito y lógico tener una marca de gestión? Porque es el signo que expresa un enunciado de las ideas y acciones a realizar. Es la narración sintética de las convicciones político, ideológicas e institucionales de quien gobierna. Es mucho más que la personalidad del gobierno. Es el vínculo emocional que se exterioriza en valores y creencias deseables. Nunca es neutro. Tiene un propósito y un significado.
La marca de una gestión es una construcción sociohistórica y un proceso colectivo de creatividad. La marca de una gestión habrá logrado su objetivo si además de producir identificación genera identidad ayudando a los ciudadanos de ese territorio a sentir orgullo a partir de posibilitar la visualización de futuros posibles y de ellos como protagonistas.
Aunque para quien, como el senador Mercier, ha sido parte complaciente de una dictadura, términos como ciudadano, futuro y protagonismo le son ajenos y no figuran en su vocabulario.
El logotipo propuesto se compone de un conjunto de estrellas dispuestas en dos líneas. Una línea de 3 estrellas debajo y una de dos arriba. Cada una de un color. Amarillo, Celeste, Naranja, Rojo, Verde.
A este conjunto se lo escorza, y se le da perspectiva para generarle sensación de mayor movimiento y dinamismo. Coincidentemente, si al mapa de Santa Fe se lo escorza en el mismo sentido, haciendo coincidir las perspectivas, el conjunto estará contenido casi perfectamente. La elección del objeto madre que permite construir el isotipo, la estrella, no es casual. Valoramos atinado rescatar la gráfica del legado histórico que le de da origen a las regiones, los departamentos. Los mismos están graficados en las 19 estrellas que circunvalan el ovalo del escudo provincial. A partir de esta lógica figurativa se construyó el conjunto de 5 estrellas de acuerdo al esquema de descentralización propuesto. Este conjunto de estrellas conforman un signo pregnante y armónico en cuanto a su forma y ubicación. Y a su vez se pueden desintegrar y seguir visualizándose cada estrella como parte de un sistema de identidad de las regiones.
Las regiones hoy sintetizan el reagrupamiento en situaciones, históricas, económicas y geográficas e institucionales con un sentido mas coherente, lógico y operativo. Regionalizar y descentralizar es la forma más eficiente de unir, compatibilizando intereses, optimizando resultados y generando una mayor proximidad con el ciudadano. De allí el slogan o lema que acompaña el diseño: Santa Fe, Cinco regiones. Una sola provincia. El mismo diseño de las estrellas se utilizará con la leyenda GOBIERNO DE SANTA FE y servirá para marcar presencia cuando la acción referenciada esté vinculada a acciones de la gestión expresada en los planes de gobierno.
Estamos convencidos que la marca de la gestión es una apuesta a largo plazo. Es elegir entre opciones y vivir con las consecuencias. Son ideas, valores y conceptos. Es paciencia y coherencia en su aplicación. La marca de una gestión, es, en definitiva, un estímulo a la creación de vínculos sociales. Porque construir una marca es construir y consolidar vínculos entre individuos. Es convocar a participar de algo en común, es decir, crear una comunidad de identidad de valores, holística, total e integradora, haciéndonos parte un todo y donde ese todo sea mayor que la suma de sus partes.
Por supuesto, solo se puede adherir a estos conceptos con una conciencia política serena y democrática, y este sin duda, no es el caso del senador Mercier, de allí su imperdonable confusión.
* Subsecretario de Comunicacion Visual y Gestión de Imagen.
Este texto fue enviado a la Cámara de Diputados a modo de contestación al pedido de informe.
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