OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
› Por Pablo Feldman
"Quién puede pensar seriamente en un acuerdo con Cobos después de lo que hizo con la votación sobre las retenciones" dijo a Rosario/12 un empinado dirigente socialista restándole entidad a las versiones -surgidas en las huestes del vicepresidente- de una fórmula conjunta para las elecciones del 2011. No obstante la tajante respuesta, los socialistas le pusieron la alfombra roja a Julio Cleto, aunque el gobernador se ocupó de ubicarlo donde está -aparentemente a su pesar- que no es otro que el de vicepresidente de Cristina de Kirchner. "Es un momento histórico", dijo Hermes Binner que declaró "huésped de honor" al mendocino y renglón seguido le recitó la lista de deudas y promesas incumplidas por el gobierno nacional: Desde los planes de vivienda, pasando por construcción de escuelas y la Caja de Jubilaciones hasta el humo que afecta a Rosario. Pero Cleto reaccionó como si no fuera el vicepresidente, sino un comentarista político, le dio la razón en casi todo a Binner y sonrió para la foto. Alguno de los colaboradores del gobernador santafesino parecían convencidos de que lo más importante para Cobos era la foto, y fue por eso que en todo momento trato de congraciarse con Binner, hasta en la conferencia de prensa que pidió "alguna pregunta para el gobernador".
Como no podía ser de otra manera, tanto Cobos como Binner coincidieron en que "no es tiempo para hablar del 2011" y más allá de que le hayan dedicado más de un párrafo a la situación política y a sus proyecciones para el futuro, Binner -a diferencia de Cobos- tiene que abocarse a la gestión porque será eso y no algún golpe de efecto o una coyuntura favorable, lo que pueda catapultarlo a la discusión nacional. Cobos, en cambio, no tiene partido, ni gestión, ni siquiera compromiso con la Presidenta de quien dijo "la relación está en punto muerto".
Juega de "líbero" y habla con Eduardo Duhalde y Jorge Bergoglio como ahora quiere hacerlo con Binner y mañana tal vez con Mauricio Macri. Qué problema puede tener alguien que a menos de seis meses de resultar electo en una fórmula, en el segundo lugar, le vota en contra a su compañera y lo explica diciendo que "votó con el corazón". En término de construcción política, la "trayectoria" de Binner -que tanto elogió Cobos- no tiene nada que ver con el ascenso político del ex-gobernador de Mendoza. Es como comparar a un actor del conservatorio con el ganador de Gran Hermano. No sólo por la formación sino por los que son capaces de hacer uno u otro para "alcanzar el exito".
La imagen que construyó Binner -y que debe sostener y acrecentar en la gestión- no es el producto de una contingencia ni mucho menos fruto del oportunismo. Cobos, el "huésped de honor" sigue siendo el vicepresidente K y según dijo sus planes son "terminar el período" y si así fuera es probable que siga haciendo visitas de cortesía.
Visto así, la exagerada calificación de "momento histórico" no tendrá mayores derivaciones. Si en cambio a lo que se apunta es a colocarlo a Binner como furgón de cola -porque después de lo que pasó nadie debe confiar en Cleto Cobos como vice-, podría concluirse que este tipo de encuentro "no es positivo".
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