OPINIóN › PANORAMA POLíTICO
› Por Pablo Feldman
Se cumplió el primer año del gobierno de Hermes Binner y no hubo mucho para festejar. Más que nada porque el clima político y social en Santa Fe se vio afectado en las últimas semanas por acontecimientos poco frecuentes. Los sucesos entorno a la sede de Atilra -con un muerto-, la posterior intervención del gremio, la interminable pelea entre gobierno y oposición, el cruce de acusaciones entre Binner y Carlos Reutemann; fueron algunos de los hechos que marcaron el primer cumpleaños.
Los próximos tres, especialmente el que viene, no serán tampoco un crucero por aguas tranquilas. Sobre el fin de semana reapareció la versión del "veto" de Reutemann a la candidatura de Agustín Rossi. El diario Perfil sostiene que "Reutemann le dijo a Néstor Kirchner que si estaba Rossi no sería candidato". La especie había circulado hace varias semanas, y fue el propio senador el que se encargó de hacer saber que "no veto ni vetaré a nadie", aunque no confirmó su propia candidatura. Lo hizo en diálogo con este cronista que se encargó de publicar la aclaración del Lole. Si algo pasó en los últimos días, es más probable que Reutemann no sea candidato antes que el "Chivo" abandone su banca de diputado.
Bastante problema va a tener el PJ de cara al electorado a la hora de compatibiizar posiciones en la campaña, como para "perderse" a uno u otro candidato. Para los que pretendan purismos ideológicos u otro tipo de planteos éticos, sería bueno recordar que se está hablando del peronismo que todo lo puede y lo ha demostrado.
Esto lejos de facilitarle las cosas al socialismo se las complica. Y no sólo en la relación entre el Poder Ejecutivo y la Legislatura, a todas luces muy mala, sino de cara a los comicios legislativos en los que Binner -que no será candidato- se juega bastante más que lo que intentaran hacer creer. El futuro del gobernador está indisolublemente asociado al trámite de la próxima primavera. No porque pueda cambiar la correlación de fuerzas -cosa que no va a ocurrir porque no hay en juego cargos provinciales- sino porque de cómo termine la pulseada electoral dependerá la proyección nacional del principal dirigente socialista de cara al 2011 cuando haya que elegir un nuevo Presidente.
Por ahora Binner ha cultivado un perfil equilibrado, fustigando a la "máquina de impedir" del PJ provincial, pero aguantándose las postergaciones y desatenciones del gobierno nacional. Se pelea con Reutemann pero no con Cristina de Kirchner, objeta el rechazo de los senadores provinciales a la reforma impositiva pero se mantiene cauto entorno al blanqueo de capitales o los programas de salvataje anunciados por la Casa Rosada. Tiene lógica, sin embargo tarde o temprano "la delgada línea roja" se va a desvanecer, y para entonces, más allá del rol opositor que el socialismo ha mantenido, deberá tomar algunas decisiones que por ahora viene postergando y que en más de una oportunidad pueden confundir al electorado. Tanto que los sectores más reaccionarios de la sociedad, incluidos sus voceros mediáticos ven en Binner al candidato del futuro. Salvo el apologista de José López Rega que decretó la defunción de Binner después de que el socialismo votara la reestatización del sistema jubilatorio, los medios y periodistas de la derecha porteña lo elevan a categorías superlativas.
En Santa Fe, en cambio, por las mismas razones que los porteños lo aplauden, el electorado histórico del socialismo se vuelve a preguntar qué hacen determinados personajes en el gobierno de la rosa. Y no sólo eso, sino cuánto le costaron y le costarán a la provincia los "contactos" de María del Carmen Alarcón -por citar el más notorio de los ejemplos- y otras presencias que desde la Casa Gris se explican apelando a "la necesidad de ampliar la base de sustentación del proyecto".
A lo largo de este año, lo que quedó demostrado es que el prestigio personal de Binner supera largamente la capacidad de gestión de varios de sus ministros. Algunos de ellos han trabajado silenciosamente y con eficacia como se ve puede apreciar en Educación, Salud y Trabajo. Otros han tenido mayor nivel de exposición y no precisamente por su logros, como Seguridad y Justicia donde la aprobación "ficta" del primer juez designado por esta administración no es precisamente una buena señal. Sin entrar a considerar los "méritos" del futuro camarista que daría lugar a más de una nota.
Si bien el primer año para algunos puede emparentarse con la "luna de miel", no es menos cierto que se padece el período de adaptación, más si sobreviene a casi un cuarto de siglo de administraciones peronistas. En cualquier caso el año que viene el socialismo deberá renovar su compromiso con la sociedad a la que sedujo a partir de lo que fueron las gestiones al frente de la Municipalidad de Rosario, y las promesas de un cambio que no resulta sencillo.
No está mal pensar en el 2011, y mucho menos pensar en el país, pero antes está el 2009, y para poder "lo más" hay que poder "lo menos", parece obvio pero para algunos encantadores de serpientes no parece ser importante. Sería bueno que Binner tomara nota, no sólo por su propio futuro, sino por el de todos los santafesinos.
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